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"CUMBRE" EN GINEBRA

Un equipo de asesores formados a la sombra de Breznev

Pilar Bonet

Un equipo de seis personas, encabezado por un novato en política internacional -el ministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze- e integrado por expertos cuyas carreras maduraron en la época de Leonid Breznev, pero que en algunos casos habían empezado en tiempos de José Stalin o Nikita Jruschov, componen la delegación que acompaña a Gorbachov en Ginebra. No hay ningún representante del Ejército y el único portavoz de esta institución es el general Nicolai Chervov, que forma parte del grupo de Prensa en calidad de portavoz del Estado Mayor.

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Gorbachov tiene mayor capacidad de improvisación cuando habla de economía y política interior que cuando lo hace de política internacional, donde el ritmo de su discurso se hace más lento y pesado. Con todo, no suele deliberar con los que le acompañan cuando se expresa sobre la situación én el mundo, aunque, a veces, mire rápidamente las notas que lleva subrayadas.Shevardnadze, ministro de Asuntos Exteriores desde el 2 de julio de este año, es miembro del Comité Central desde 1976 y miembro de pleno derecho del Politburó desde un día antes de ser nombrado ministro.

Su carrera se hizo básicamente en Georgia, la República soviética del Cáucaso de la que llegó a ser primer secretario tras pasar por puestos como el de viceministro y ministro del Interior. Shevardnadze desarrolló una dura campaña contra la corrupción, en difícil posición de equilibrio entre los intereses de la República, sacudida por brotes intermitentes de nacionalismo, y las directrices de Moscú. Ello le ha dado una gran experiencia política que, en opinión de medios soviéticos, puede utilizar como ministro, aunque no tenga experiencia ni formación diplomática. Shevardnadze estudió en la escuela del partido y es licenciado en pedagogía. Este verano, en la conmemoración del 20º aniversario de la Conferencia de Helsinki, causó buena impresión entre sus colegas occidentales, que le consideraron más amable y tratable que su antecesor, Andrei Gromiko.

A Shevardnadze le acompaña a Ginebra un equipo con muchas horas de vuelo. En él está Georgi Kornienko, de 60 años, uno de los dos primeros viceministros de Asuntos Exteriores, con gran experiencia en las relaciones soviético-norteamericanas. Kornienko trabajó en la Embajada de su país en Washington y acompañó a Gromiko a Ginebra en enero pasado. Diplomáticos occidentales aseguran que Kornienko tiene tanta memoria como su antiguo jefe, no necesita notas a la hora de negociar y su inglés es excelente.

Está, además, Anatoli Dobrinin, que acaba de cumplir 66 años, y es el embajador de la URSS en Washington. Su experiencia abarca el mandato de seis presidentes de Estados Unidos y ha estado presente en todas las cumbres celebradas durante su período de ejercicio como embajador, que se remonta a 1961. Pobrinin es diplomático de carrera (licenciado en 1946), habla fluidamente inglés y tiene un estilo muy occidentalizado. Durante la reciente visita del secretario de Estado, George Shultz, a Moscú, aparecía con las manos en los bolsillos en la foto oficial, mientras los demás funcionarios soviéticos las llevaban extendidas a lo largo del cuerpo.

Iakoiev, en alza

Alexander lakovIev, otro de los miembros de la delegación, es el hombre en alza en estos momentos en las altas esferas de la política soviética. Recientemente ha sido nombrado jefe del departamento de propaganda del partido comunista (PCUS) y se le considera un eventual candidato a una de las secretarías del Comité Central. Jakovlev ha sido embajador en Canadá y director del prestigioso Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, el más grande de todos los centros académico-políticos que contribuyen a dar forma a la polfica exterior de la URSS. Está, además, Andrei Alexander Agentov, el que fuera ayudante de Breznev y de Chernenko y ahora de Gorbachov. Alexander Agentov, que tiene 67 años, viene en calidad de "asistente del secretario general" y es considerado un hombre. muy influyente. Se le atribuye la redacción de importantes discursos, habla seis idiomas y recita a Goethe en alemán. Alexander Agentov había desaparecido de la vista del público a principios del mandato de Gorbachov para reaparecer posteriormente.

El equipo oficial incluye, por último, a Leónid Zamiatin, de 63 años, jefe del departamento de información internacional del Comité Central del partido. Zamiatin, conocido por sus ataques de mal genio en las conferencias de prensa, tiene una amplia carrera profesional que le llevó a la Embajada de la URSS en la ONU, a Viena y al Ministerio de Asuntos Exteriores en Moscú como jefe de Prensa, antes de pasar a la jefatura de la agencia Tass y al Comité Central. Conliderado como un ortodoxo comunista, Zamiatin ha acompañado a Gorbachov a Londres en diciembre de 1984 y a París en septiembre de este año.

Además está la delegación de Prensa soviética, que dirige el propio Zamiatin, y que incluye personajes tan distintos como Giorgi Arbatov, de 62 años, uno de los expertos más destacados en relaciones con Estados Unidos, o Julian Semenov, el escritor de novelas policiacas más conocido en la URSS. Yevgeni Velijov, vicepresidente de la Academia de Ciencias, es el hombre de la SDI, en el sentido de que su experiencia en fisica nuclear, armas espaciales y de alta energía lo ha convertido en la voz más destacada en la campaña soviética contra la SDI desde un punto de vista documentado científicamente. Velijov ha asesorado sobre estos temas a Gorbachov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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