Pocas expectativas de incrementar el comercio entre Washington y Moscú

El limitado comercio entre Estados Unidos y la Unión Soviética no recibirá un impulso notable en la cumbre de Ginebra, después de saberse que ésta no es una cuestión relevante para Washington. Tras haber suscitado numerosas esperanzas en Estados Unidos durante el pasado decenio, el comercio entre las dos superpotencias sufrió a partir de 1979 las consecuencias de los embargos y sanciones decretados por la Casa Blanca como respuesta a la intervención soviética en Afganistán y a la implantación de la ley marcial en Polonia.Los intercambios entre ambos países alcanzaron la cota máxima de los 4.500 millones de dólares en 1979, cayeron hasta los 2.400 en 1983 y ascendieron a 3.900 -de ellos, 3.300 en exportaciones norteamericanas- el año pasado, debido a una fuerte alza de las ventas de cereales a la URSS. En los ocho primeros meses del año en curso el intercambio alcanzó los 2.100 millones de dólares.

Para la Administración de Reagan, todo incremento de los intercambios comerciales y de los lazos económicos depende de un mejor comportamiento de la URSS. "Siempre hemos manifestado a los soviéticos que, sin una mejora de las relaciones, comprendidos los derechos del hombre, no es posible una plena realización de nuestro potencial comercial", manifestó el mes pasado ante el Congreso el secretario de Comercio, Malcolm Baldrige. Sólo hay una excepción a esta regla: el comercio cerealero.

La URSS, por su parte, exporta hacia Estados Unidos petróleo, abonos y paladio. El Pentágono vigila cuidadosamente toda exportación hacia la URSS de productos de alta tecnología y de caráctar estratégico, especialmente ordenadores, que pudieran incrementar el potencial militar soviético.