Condiciones políticas de la CEE en su ayuda a Centroamérica

ENVIADOS ESPECIALESLa República Federal de Alemania (RFA) logró imponer ayer a los doce (los 10 miembros actuales de la CEE, más España y Portugal), aunque aguada, su tesis de que la puesta en práctica de la ayuda al desarrollo prevista en el acuerdo económico que firmará hoy la CEE con seis países centroamericanos esté "guiada" por la promoción de "la salvaguardia de los derechos del hombre y de las libertades democráticas". Aunque no se cita por su nombre, todo este debate estaba dirigido contra Nicaragua, a raíz de las medidas de emergencia establecidas recientemente en ese país.

Un texto en el sentido indicado figurará en las actas internas de la CEE, pero no en los comunicados públicos sobre la reunión, que ayer se inició en Luxemburgo. La RFA añadió una declaración unilateral en la que considera que se podrían bloquear los "fondos que se van a destinar para los proyectos de desarrollo". Francia, por su parte, insistió en su propia declaración en que estos principios se aplicarán "sin discriminación". España y Grecia apoyaron a Francia. Portugal, Bélgica y el Reino Unido, a la RFA."Esto no tiene mayor importancia", aseguró el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, quien insistió en que la iniciativa europea, con la firma del acuerdo, tiene por objeto favorecer el diálogo, por lo que no habría que crear nuevos problemas. "España ha sostenido una posición global y regional, y queremos despolitizar la tensión de modo que no se convierta en un conflicto Este-Oeste", dijo Ordóñez. "El tiempo juega en contra de la paz", y "Europa no debe empujar a estos países a dividirse aún más", concluyó.

Todo esto ocurrió antes de que comenzara la reunión formal entre los doce, los seis países centroamericanos (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Panamá) y los que con este último forman el grupo de Contadora (México, Colombia y Venezuela).

En nombre de Contadora tomó la palabra el ministro de Asuntos Exteriores colombiano, Augusto Ramírez Ocampo, quien destacó los esfuerzos pacificadores del Grupo. "La Comunidad Europea y sus integrantes", afirmó, "pueden ayudar formidablemente a esta empresa, no sólo con el apoyo que nos han prestado y que de manera indudable equilibró políticamente el proceso, sino participando en forma directa en algunos de los mecanismos previstos para la ejecución y seguimiento de los compromisos previstos en el proyecto final de Acta de Paz de Contadora, y además en proyectos efectivos de desarrollo y en asistencia técnica".

El acta política, separada del acuerdo económico, y el comunicado conjunto que firmarán hoy los 21 ministros presentes, establece, en el borrador que está siendo objeto de discusión, la institucionalización del diálogo político a través de reuniones anuales. No obstante, los europeos no han querido comprometerse -dado que tienen acuerdos con otros países- que estos encuentros se celebren a nivel ministerial. A esas reuniones se invitará a los países del Grupo de Contadora, cuyos esfuerzos apoya plenamente la CEE. El texto hace también referencia a la importancia del papel de los países que tienen intereses en la zona, es decir, Cuba y Estados Unidos, aunque no se les nombra.

Europa quiere así contribuir a una solución pacífica -regional, global y negociada- de la crisis en la región con vistas a "poner fin a la violencia y la inestabilidad en América Central, a promover la justicia social, el desarrollo económico, la salvaguardia de los derechos del hombre y de las libertades democráticas en América Central".

En contra de lo previsto por la propia CEE, no fue Nicaragua, como coordinador de turno del Mercado Común Centroamericano (MCCA), la que tomó la palabra en la sesión inaugural en nombre de América Central, sino el canciller costarricense, Carlos José Gutiérrez. Costa Rica fue el impulsor del diálogo con la CEE.

Esperanzas defraudadas

"El acuerdo no corresponde plenamente a las aspiraciones de los países centroamericanos, quizá porque pecamos de optimismo o porque no supimos evaluar las posibilidades reales", señaló Gutiérrez. La CEE sólo concede a esos seis países la cláusula de nación más favorecida. Pero no recoge otras peticiones comerciales -preferencias, garantías de exportaciones- que se pidieron. Todo se pospone, en el contexto de la próxima negociación internacional sobre las preferencias generalizadas, aunque se establece un órgano de cooperación.

El acuerdo insiste en que la ayuda financiera comunitaria estará destinada a fomentar proyectos de desarrollo transnacionales y regionales para fomentar la integración del istmo.

En términos de ayuda, la CEE sólo se compromete por escrito a un aumento "sustancial". Actualmente la CEE concede a esos países unas ayudas anuales equivalentes a 5.400 millones de pesetas. La CEE está dispuesta, como máximo, a doblar esta ayuda, pero aún no hay acuerdo sobre el plazo.

Ramírez Ocampo se refirió también a los recientes y trágicos acontecimientos en su país. "Colombia", dijo, "acaba de sufrir una terrible y dolorosa prueba ocasionada por el terrorismo. Nuevamente sus instituciones constitucionales más que centenarias superaron la agresión y se han fortalecido".

Tras los discursos formales, los ministros iniciaron una primera sesión de trabajo, que proseguirá hoy. La firma de los acuerdos se hará efectiva esta tarde.