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CRISIS EN LA RESISTENCIA PALESTINA

El 'caso Achille Lauro' desprestigia y aísla a la OLP

La aceptación internacional de la organización de Yasir Arafat no había sido nunca tan baja

La serie de acontecimientos internacionales desencadenada por el secuestro del barco italiano Achille Lauro ha supuesto una clara pérdida de credibilidad de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), encabezada por Yasir Arafat, y para sus aliados árabes moderados, al tiempo que ha reforzado, paradójicamente, la posición de los árabes radicales, liderados por el régimen sirio.

Cuando los cuatro miembros del Frente de Liberación de Palestina (FLP, que lidera Abu Abbas), ahora detenidos en Italia, tomaron el control del Achille Lauro el pasado 7 de octubre no podían imaginar que su acción iba a provocar finalmente un aislamiento sin precedentes a nivel internacional de la OLP, el fracaso de las conversaciones previstas en Londres entre repesentantes jordano-palestinos y Geoffrey Howe, ministro británico de Exteriores; la casi ruptura de relaciones entre Egipto y Estados Unidos e incluso la caída del Gobierno italiano.El gran enemigo actual de la OLP, el régimen, baasista sirio, quedaba como el gran ganador en el campo árabe, gracias a la recuperación del cadáver del súbdito estadounidense muerto en el barco italiano, Leon Klinghoffer, y a las facilidades otorgadas a la representación diplomática norteamericana en la capital siria (Damasco) para repatriar el cuerpo.

El FLP de Abu Abbas aseguró que el comando tuvo que secuestrar el buque al ser descubiertas por la tripulación las armas con la que pretendían realizar un atentado en Ashdod (Israel), siguiente escala del crucero tras su salida de Alejandría.

Sin embargo, el asesinato de un parapléjico estadounidense por miembros de la fracción del FLP fiel a Arafat, cuyo líder, Abu Abbas, es miembro del Comité Ejecutivo de la OLP, hizo caer la credibilidad de la organización moderada palestina hasta su nivel más bajo en años.

Mientras, en Damasco, los grupos radicales agrupados en el Frente de Salvación Nacional de Palestina (FSNP), opuestos a Arafat, criticaban la acción y veían reforzada su postura de que "sólo la lucha armada" conducirá a la solución del problema palestino, ante la evidencia de que los grupos moderados favorables a la negociación habían terminado por reanudar las acciones terroristas, como la del Achille Lauro.

El fracaso de la entrevista de Londes entre representantes jordano-palestinos y funcionarios británicos el pasado lunes permitió a la Prensa oficial siria calificar de "desgraciado" el incidente y advertir -como lo hizo el diario Al Baas, de Damasco- que la delegación conjunta que viajó a Londres había dicho que "todos los árabes se sentían humillados".

El rey Hussein de Jordania, dos días después del final del caso del Achille Lauro, calificó de "muy honorable" la postura británica de cancelar las conversaciones, ante la negativa de Mohamed Milhem y el obispo Elias Jury (ambos palestinos) de firmar un documento en el que se reconocía indirectamente el derecho a la existencia de Israel.

La actitud comprensiva del rey Hussein hacia la postura británica suponía un duro golpe a los acuerdos del 11 de febrero, por los que la OLP y Jordania se comprometieron en la búsqueda común de una solución para el problema palestino.

El conflicto abierto con Jordania amenazó con poner fin a la que parecía la última esperanza de la OLP de ser aceptada como interlocutora por Estados UnIdos y los países occidentales de cara a negociaciones de paz con Israel. Jalil Al Wazir (Abu Yihad), número dos de la OLP, reaccionó inmediatamente desde la capital jordana, Amman, expresando el "deso de la OLP de mantener su compromiso con el acuerdo jordano-palestino", pues esa es la "única forma de evitar situaciones como la que se ha producido en Londres", dijo. Además, el anuncio del rey Hussein de que realizará un reajuste de la situación tan pronto como vuelva a Amman, tras su visita privada a Gran Bre taña, provocó el anuncio de Yasir Arafat de que él también viajará a Amman para celebrar conversaciones con el rey.

Con los acuerdos del pasado 11 de septiembre en la cuerda floja, Yasir Arafat sólo parece haber ganado terreno en Egipto, donde el desvió del avión de Egypt Air que trasladaba a los cuatro secuestradores palestinos hacia Túnez y que se vio forzado a aterrizar en Sicilia por cazabombarderos estadounidenses, ha hecho aumentar las demandas de la oposición interna de romper relaciones con Estados Unidos y recibir a Arafat con todos los honores.

Hosni Mubarak, presidente egipcio, declaró que no se producirá tal ruptura de relaciones, aunque aseguró que el pueblo egipcio había sido "herido profundamente" por la acción estadounidense.

Con su cuartel general destruido por el ataque israelí contra Túnez el pasado 1 de octubre, las relaciones con Jordania en compás de espera, y la pérdida momentánea de credibilidad ante la comunidad internacional, los observadores se preguntan si el liderazgo personal que Yasir Arafat aún mantiene entre los palestinos diseminados por todo el mundo árabe será suficiente para permitirle sortear esta nueva y grave crisis.

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