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Los secuestradores de los tres soviéticos en Beirut plantean nuevas exigencias

Los secuestradores que desde hace una semana tienen en su poder a tres funcionarios de la Embajada soviética en Beirut pidieron ayer, como condición para liberar a sus rehenes, que Washington y Moscú intervengan para poner fin a la guerra que Líbano padece desde hace 10 años. Hasta ahora, la Organización de Liberación Islámica-Fuerzas de Jaled Ben al Walid, responsable del secuestro, sólo había exigido que cesaran los combates en la ciudad de Trípoli.

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Fuerzas especiales del Ejército sirio tomaron posiciones durante el sábado y el domingo en los puntos más conflictivos de Trípoli, segunda ciudad de Líbano, situada 80 kilómetros al norte de Beirut, donde reina la calma desde la mañana del sábado, tras 19 días de violentos combates y bombardeos protagonizados por milicias prosirias y grupos integristas islámicos. Se cumple así la principal condición exigida por los secuestradores para poner en libertad a los tres funcionarios de la Embajada soviética en Beirut que desaparecieron hace una semana junto a un cuarto diplomático de su misma nacionalidad que fue asesinado el pasado miércoles.En un comunicado difundido ayer en la capital libanesa, un presunto portavoz de la Organización de Liberación Islámica-Fuerzas de Jaled Ben al Walid exigía, para la liberación de los secuestrados, que de la próxima cumbre que celebrarán en noviembre en Ginebra el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijail Gorbachov, salga el "fin de la tragedia libanesa y del sufrimiento del pueblo libanés". El portavoz recalcó que los secuestradores no se dejarán "engañar" por la tregua de Trípoli. "No liberaremos a los secuestrados", afirmó el representante de los captores, quienes al parecer pertenecen a grupos integristas de confesión suní.

"Además, pedimos a nuestros hermanos y camaradas de la Yihad Islámica que intensifiquen sus operaciones contra los soviéticos y los norteamericanos, y que no liberen a los rehenes que tienen", añadió el comunicante.

La Yihad Islámica (Guerra Santa) se ha responsabilizado de los secuestros de seis estadounidenses y de cuatro franceses. Uno de los ciudadanos norteamericanos, Benjamín Weir, fue liberado el 14 de septiembre, y la ejecución de otro de ellos, William Buckley, consejero político de su Embajada en Beirut, fue anunciada tras el bombardeo israelí del cuartel general de la OLP en Túnez, el pasado 1 de octubre. A cambio de los cuatro franceses, sus captores han pedido la liberación de 17 camaradas encarcelados en Kuwait, por una serie de atentados perpetrados en diciembre de 1983.

Con estas acciones, el integrismo islámico, suní y shií, parece que trata de plantear un desafío, que no tiene precedentes en Líbano, a las dos superpotencias. Hasta la semana pasada, los objetivos de los radicales islámicos en Líbano habían sido estadounidenses y europeos, mientras que los países del Este eran prácticamente ignorados.

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