Felipe González ofrece a Miguel de la Madrid toda la ayuda que su país desee y España pueda dar

El presidente del Gobierno español, Felipe González, dijo ayer. "España está dispuesta a aportar toda la ayuda que México nos reclame y esté a nuestro alcance en el máximo esfuerzo de solidaridad". González hizo esta declaración en una conferencia de prensa, el martes, a las nueve de la noche, hora local (cinco de la mañana del miércoles, hora peninsular), en el aeropuerto de México, después de mantener una entrevista de una hora con el presidente mexicano, Miguel de la Madrid, en la residencia presidencial de Los Pinos.

El presidente del Gobierno español relacionó la ayuda de España a México con la "deuda de gratitud" existente con el pueblo mexicano por la ayuda prestada a los españoles exiliados al final de la guerra civil. Felipe González declaró, al comienzo de su breve conferencia de prensa en el aeropuerto, que al estrechar la mano del actual presidente mexicano lo hacía también con Lázaro Cárdenas, que fue el presidente que acordó prestar apoyo a la República Española después de dar acogida a los ex¡liados españoles.El avión DC-8 de la Fuerza Aérea Española, a bordo del cual viajaba el presidente español, aterrizó en México a las 18.45 del martes (hora local) y costó unos cinco minutos abrir sus puertas. González venía acompañado del ministro de Sanidad, Ernest Lluch, que no continuó viaje a Nueva York y permanecerá en la capital mexicana hasta hoy. El avión transportaba, además del séquito presidencial, material de protección civil para ayudar a los damnificados por el terremoto. A última hora de la noche de ayer se esperaba la llegada a México de 50 bomberos de Madrid y Barcelona especializados en rescates y derribos.

Sin detenerse en el aeropuerto la comitiva del presidente español se dirigió hacia el centro de la capital. En la residencia de Los Pinos todavía se encontraba entonces el presidente venezolano, Jaime Lusinchi, que había aterrizado en México 45 minutos antes que Felipe González. La entrevista entre De la Madrid y González duró una hora y unos minutos. Inmediatamente después, la caravana regresó al aeropuerto. Cerca del aeródromo se arremolinaba gran cantidad de gente alrededor de un chorro de agua, que falta en muchas zonas de la capital mexicana Ésta había sido la única posibilidad para la delegación española de establecer contacto visual con las consecuencias del terremoto.

El recorrido entre el aeropuerto y la residencia presidencial de Los Pinos fue normal, sin obstáculos. El ministro de Sanidad, que permaneció en México, tenía prevista para ayer una entrevista con su colega mexicano, Guillermo Soberón, así como una visita al hospital Español y otra a las ruinas del terremoto.

En su declaración ante la Prensa, el presidente González manifestó también su dolor por las pérdidas humanas sufridas por la colonia española en México. Sobre la tragedia mexicana, él presidente González dijo: "Tragedias como ésta forjan también la voluntad de los pueblos y dan la medida de la solidaridad que es capaz de generar la propia sociedad, de la respuesta que la sociedad es capaz de dar ante una situación como ésta". "México es capaz de superar la situación actual", subrayó Felipe González.

Antes de su llegada a México se recibió un telegrama que expresaba el deseo del presidente español de encontrarse con el tenor Plácido Domingo, que tiene a cuatro familiares entre las ruinas del edificio Nuevo León, destruido por el terremoto.

La Embajada española en México consiguió localizar a Plácido Domingo con dificultades, porque el cantante se encontraba al pie de las ruinas. El tenor español agradeció el interés del presidente González, pero expresó la imposibilidad de trasladarse al aeropuerto de México en las circunstancias en las que se hallaba.

Conversación sobre la ONU

Ante los periodistas, Felipe González dijo que, además de cuestiones relacionadas con el terremoto, habló con De la Madrid sobre la actual Asamblea General de las Naciones Unidas, especialmente sobre la paz y el tratamiento más justo de la situación económica internacional.Felipe González mencionó también la necesidad de compatibilizar deuda y desarrollo de los países. Añadió el presidente que "tiene que haber política de austeridad y política de crecimiento". Posteriormente sentenció: "No se puede mantener durante mucho tiempo una política que podríamos calificar de parcheo de la situación".

El jefe del Gobierno español dijo luego que no se ha avanzado en el camino de crear un orden económico capaz de resolver los grandes problemas con que se enfrenta la humanidad. También habló de la paz como condición necesaria, y se refirió a la necesidad de "intentar disminuir la carrera de armamentos, sobre todo el disparate que supone la carrera de armas nucleares y la acumulación de armas convencionales". Como un segundo punto, Felipe González señaló la necesidad de encontrar un orden económico mundial más justo.