Los servicios de espionaje franceses, acusados de haber provocado el hundimiento del 'Rainbow Warrior'
El Gobierno francés ha ordenado una investigación exhaustiva sobre la presunta implicación de sus servicios secretos en el hundimiento del barco ecologista Rainbow Warrior. Dos semanarios parisinos - VSD y L'Événement du jeudi- informaron que miembros de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), el servicio de espionaje francés, organizaron el hundimiento del barco de la organización ecologista Greenpeace, ocurrido el 10 de julio en el puerto de Auckland, Nueva Zelanda. Según VSD, el Gobierno francés iba a efectuar la primera prueba de una bomba de neutrones en el atolón de Muroroa, en la Polinesia, lugar al que se dirigía el buque ecologista, provisto de equipos capaces de detectarla.
Para VSD un semanario situado en la oposición al Gobierno socialista, se trata de ocultar la primera bomba de neutrones francesa. Para L'Evenement du jeudi, de centro izquierda, los servicios secretos franceses quisieron impedir que los miembros de Greenpeace tuvieran conocimiento de la ampliación de la pista de aterrizaje de la base militar de Hao, en Tahití, aunque esto último haya sido desmentido con el argumento de que la ampliación de la pista se sabía desde hace un año.Sigiendo instrucciones directas del presidente François Mitterrand, el primer ministro, Laurent Fabius, ha ordenado la apertura de una investigación de la que se hará cargo Bernard Tricot, actual consejero de Estado y antiguo secretario general de la presidencia durante el mandato de Charles de Gaulle. En palabras de Fabius, la investigación debe ser "totalmente rigurosa". Por su parte, Mitterrand ha enviado una carta personal al y, primer ministro neozelandés, David Lange, para asegurarle que "Francia está dispuesta a que se haga la luz".
La elección de un personaje del prestigio de Tricot, calificado unánimamente como "independiente", para dirigir la investigación, ha sido acogida por la opinión pública francesa como una señal de la importancia concedida al caso por las autoridades francesas, que no quieren verse salpicadas por las eventuales repercusiones del atentado.
El atentado contra el Rainbow Warrior sucedió la noche del 10 de julio pasado, cuando se hallaba fondeado en el puerto neozelandés de Auckland. Su misión era encabezar una denominada Flotilla de la Paz en, dirección al atolón de Muroroa, en la Polinesia francesa, donde el Gobierno de París realiza las pruebas de sus armas nucleares.
La explosión de dos minas magnéticas hundió el barco, y causó la muerte del fotógrafo portugués Fernando Pereira, que se hallaba en la bodega. Dos días después, la policía local encontró abandonados en una playa, distante tan sólo tres kilómetros del lugar del atentado, un bote neumático y dos botellas de oxígeno para practicar el submarinismo, todo ello de fabricación francesa.
El día 16 del mismo mes, en el marco de la investigación por asesinato iniciada por el tribunal, se inculpó a una pareja de europeos que viajaban con falsos pasaportes suizos. La policía neozelandesa se interesa también por la localización de la tripulación del yate Ouvea, que había sido alquilado en el puerto de Numea, en la colonia francesa de Nueva Caledonia, y que algunos miembros de Greenpeace aseguraron que había sido visto en las cercanías del buque poco antes de la explosión.
Barco desaparecido
El Ouvea había fondeado en el puerto australiano de NorfoIk, y desapareció después en el Pacífico sin que hasta la fecha se tengan noticias sobre su paradero Tres de los cuatro miembros de la tripulación siguen sin ser localizados, y contra ellos pesa una orden de busca y captura de la policía neozelandesa, mientras que el cuarto regresó a Francia desde Australia. Finalmente, el 26 de Julio, el juez neozelandés acusó formalmente a Alain Jacques y Sophie Turenge, la pareja detenida con pasaportes falsos, de asesinato e incendio criminal.
La policía neozelandesa apuntó ayer la posibilidad de mandar un equipo de detectives a París para investigar el caso. Hasta el momento un solo miembro de este cuerpo -la agente Cushla Watson- ha viajado a Francia para investigar sobre los dos únicos detenidos hasta ahora.
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