La Comisión Europea decide imponer una reducción del 1,8% en el precio de los cereales para la campaña 1985-1986

La Comisión Europea reducirá un 1,8% los precios de los cereales para la campaña 1985-1986, según anunció ayer en Bruselas el comisario europeo para la Agricultura, Frans Andriessen. Los ministros de Agricultura de los diez se mostraron incapaces de llegar a un acuerdo en este sentido en el consejo agrícola celebrado en la capital belga, durante el lunes y martes pasados.Los ministros, para salir del punto muerto en que se encontraban desde el pasado mes de marzo, a consecuencia de la negativa de la República Federal de Alemania para autorizar un descenso, idearon una solución sin precedentes: han dejado al órgano ejecutivo de la CEE que fije los precios de los cereales garantizados a los agricultores europeos durante la presente campaña.

La Comisión Europea, según informó Andriessen, tomará una serie de medidas para atenuar los efectos que esta reducción trasladará a la renta de los agricultores.

Como primer paso se van a reducir los plazos de pago de los precios garantizados, que pasarán de unos 120-140 días a 90-120 días. Además, el órgano ejecutivo de la CEE presentará a principios de octubre una proposición para re formar la organización común del mercado de cereales.

Más repercusión a nivel inmediato, en este mismo sentido, tiene la elevación del precio de garantía (del 5%) para tres millones de toneladas de trigo blando de alta calidad, panificable, hacia el final de la campaña 1985-1986, es decir, hacia abril-mayo.

En definitiva, esta solución de compromiso entre posiciones divergentes arroja otra duda más sobre la capacidad de los diez, que a principios de año se habrán convertido en los doce, para tomar decisiones comunes; pero salva la cara de todas las delegaciones.

Así, Francia y el Reino Unido, los principales exportadores de cereales de la CEE, han obtenido la disminución de precios que venían pidiendo para reducir sus excedentes, al facilitarse las exportaciones, y la RFA consigue que toda la responsabilidad de la reducción se traslade a la Comisión Europea.

Reestructuración del acero

Por otra parte, la Comisión Europea reconoció ayer que, en contra de lo previsto, la siderurgia de los diez no estará reestructurada para finales de 1985. Ante esta situación se impone un nuevo plazo transitorio de tres años, de 1986 a 1988, informa Andrés Ortega. No obstante, la Comisión presentó ayer una propuesta respecto al sector, según la cual a partir del 1 de enero de 1986 se prohibirán todas las ayudas dedicadas a cubrir las pérdidas por explotación de las empresas o las ayudas a la inversión.

A finales de 1985, la CEE habrá cumplido el contrato político que se fijó en 1982, reduciendo su capacidad de producción (expresada en laminados en caliente) en 32 millones de toneladas respecto a su nivel de 171 millones de toneladas en 1980. Las ayudas públicas en la CEE para sanear el sector, entre 1980 y 1985, ha sido de 33.000 millones de ECU (unidad de cuenta europea, unos 4,2 billones de pesetas).

La mayoría de las empresas serán viables en 1986, pero la reestructuración no está acabada: aún subsiste, frente al horizonte de 1990, una sobrecapacidad de 20 millones de toneladas.

La Comisión quiere avanzar en dos etapas: la primera, a partir de 19.86, cuya duración oscilaría entre 18 y 24 meses, vería la liberalización progresiva de los productos siderúrgicos sometidos a cuotas de producción y precios mínimos (aunque manteniendo un control de los precios de mercado). La segunda etapa, hasta finales de 1988, llevaría a la total liberalización.

La Comisión insiste en que a partir del 31 de diciembre de 1985 quedarán prohibidas todas las ayudas a pérdidas de explotación e inversiones (con finalidad regional o no). No obstante, la Comisión podría autorizar ayudas a la investigación, a la protección del medio ambiente o al cierre de instalaciones. La nueva situación que se plantee afectará poco al sector siderúrgico español.