Tres creadores confirman la primacía de la literatura infantil alemana
En la Semana del Libro Alemán, celebrada recientemente en Madrid, tuvo una clara primacía la serie de actividades dedicadas a la literatura Infantil y juvenil, con la presencia de tres de los autores más significativos de esta corriente literaria. Christine Noestlinger, último premio Andersen, considerado como el Nobel de la literatura para jóvenes; Peter Hartling y el autor ilustrador Janosch comparten su labor como autores de literatura para niños y jóvenes como obras escritas para adultos, porque consideran que tanto unos como otros tienen semejantes emociones.
Christine Noestlinger, Peter Hartling y Janosch se vieron sorprendidos en las conferencias que ofrecieron en la Semana del Libro Alemán por un público numeroso y conocedor no sólo de sus obras sino también de las nuevas corrientes y tendencias de este campo de la literatura, en la que los escritores alemanes han sido claramente pioneros.Dentro del mismo contexto se llevó a cabo el seminario hispanoalemán, en el que bajo el título El libro infantil entre los sueños y los ordenadores se ha debatido entre editores, bibliotecarios y expertos cuál es la situación tanto en la República Federal de Alemania como en España en tomo a este tema, destacando por ambas partes el hecho de que si bien en España sí se da un buen conocimiento en torno a la literatura infantil y juvenil alemana no ocurre lo mismo al revés, hasta el punto de no existir en dicho país traducciones de autores españoles que escriban para niños y jóvenes.
Habría que destacar que los tres creadores que han acudido esta semana a Madrid, conocidos en nuestro país por dirigir sus obras a un lector infantil y juvenil, en sus países de origen son conocidos también por sus creaciones, literarias en el caso de Noestlinger y Hartling y pictóricas en el de Janosch, para el mundo adulto.
Seres humanos
Peter Hartling, al que habría que encuadrar dentro de una corriente de nuevo realismo, declara escribir para seres humanos, y considera que niños y adultos son iguales en sus emociones. Hartling, conocido en España por libros como Ben quiere a Ana, La abuela o ¿Qué fue de Girbel?, en los que trata de revelar al niño y al joven los problemas de una sociedad y los conflictos que el joven presenta en su adaptación a esa sociedad adulta, es desconocido para muchos críticos alemanes como autor de libros infantiles; un escritor que teme que la televisión convierta a los niños en nuevos analfabetos.
Christine Nostlinger y Janosch serían creadores de literatura fantástica sin desviarse de este nuevo realismo por el que viene marcada la literatura infantil y juvenil alemana contemporánea.
Nostlinger es una autora reflexiva y clara representante de una literatura antiautoritaria, para la que la educación y su transformación es la que puede conseguir una sociedad de hombres más libres. Janosch, autor de Konrad y Filo entra en acción, que confiesa que prefiere ilustrar porque los libros que hay que escribir tiene que pensar más, es uno de los pocos creadores que han encontrado un casi perfecto equilibrio entre texto e ilustración para los jóvenes lectores.
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