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El incumplimiento de las normas sobre etiquetado de frutas y hortalizas sigue dejando sin garantías al consumidor

La normativa del Ministerio de Agricultura para garantizar un grado de calidad en las frutas y hortalizas que se comercializan en España apenas ha repercutido en beneficio del consumidor madrileño. Las normas son obligatorias desde enero, pero o no se cumplen o se desvirtúan en los escalones intermedios entre el productor y el consumidor. El primer balance de la campaña de control sobre frutas de temporada demuestra que estos productos llegan a los mayoristas de la ciudad correctamente etiquetados en apariencia, pero al final la supuesta garantía de que el consumidor sabe lo que está comprando apenas existe.

Los problemas se inician en origen. En muchos casos, la clasificación de los frutos no coincide con su calidad real. En la mayoría de los puestos de venta las características de la mercancía no se exponen a la vista del público, como es obligatorio, y muchos comerciantes mezclan artículos de distintas calidades.La entrada en vigor el pasado mes de enero de un decreto del Fondo de Ordenación y Regulación de Precios y Productos Agrarios (FORPPA), en el que se establecen con carácter obligatorio las normas de clasificación, envasado y presentación de frutas y verduras, hasta ahora no se ha notado prácticamente en muchos mercados madrileños.

Desde primeros de año se hizo obligatorio la clasificación de cítricos, patatas y manzanas, circunstancia que no tuvo la menor consecuencia en los mercados y galerías de alimentación "por la inexistencia de la infraestructura necesaria para llevar a cabo lo que exigen las normas, especialmente en lo que se refiere a los pequeños productores", según el teniente de alcalde y coordinador del área de Abastos y Consumo del Ayuntamiento de Madrid, Adolfo Pastor. Tan sólo algunos hipermercados expusieron al público la información obligatoria.

Tras una reunión celebrada en el Ministerio de Agricultura, a primeros de abril, para acelerar la campaña de normalización en las frutas de la presente temporada, 35 inspectores del Ayuntamiento y 12 de la Comunidad Autónoma comenzaron a controlar la llegada de camiones a Marcamadrid, apoyados por fuerzas de la Guardia Civil, que establecen controles en las ciudades donde se comercializan las frutas en origen para verificar que se transportan etiquetadas.

El primer balance de la operación, iniciada el pasado lunes, es considerado positivo por Adolfo Pastor. Al término de los tres primeros días de inspección en el sector mayorista fueron intervenidos 4.913 kilos de fruta, que fueron normalizados y puestos a la venta posteriormente, y se han levantado actas por etiquetado incorrecto y exceso de calificación sobre 15.350 kilos.

En relación con la venta del producto a cargo de minoristas se han inspeccionado 389 establecimientos, en los que se inmovilizaron 392 kilos, una cantidad casi ridícula. En estos establecimientos debe -estar colocado en lugar bien visible la denominación del producto, categoría, variedad y precio.

Pastor reconoció, sin embargo, que las nuevas normas no han servido para mejorar la calidad de los artículos ni para -informar correctamente al consumidor. A veces, según el responsable municipal de Consumo, "la fruta que se adquiere en el mercado central en condiciones legales es desnormalizada por los detallistas y minoristas, que mezclan varias calidades". De esta forma, el minorista desarticula todo el sistema de control y crea una calidad nueva, que vende al público al precio que le parece oportuno. Adolfo Pastor reconoce también que "es imposible controlar toda la fruta que se vende en Madrid; sólo podemos realizar muestreos que nos ayuden a conocer la situación general del sector".

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