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Hoy finaliza la visita del presidente norteamericano a España

Ronald Reagan y Felipe González deciden iniciar contactos diplomáticos para renegociar la presencia militar estadounidense en España

FÉLIX BAYÓN, España y Estados Unidos decidieron comenzar consultas en breve mediante los conductos diplomáticos ordinarios para reducir la presencia militar norteamericana en sus bases españolas de utilización conjunta, según anunciaron ayer, en conferencias de prensa ofrecidas por separado, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Fernando Morán y George Shultz. Estos contactos diplomáticos serán el prólogo de la renegociación de los acuerdos hispano-norteamericanos, que expiran en 1988. En el brindis pronunciado en la cena que anoche le ofreció el Rey, el presidente de EE UU, Ronald Reagan, que cumplió su segundo día de estancia en Madrid, dijo que su país respetará la decisión que España tome sobre su participación en la defensa occidental, pero precisó que estaría orgulloso si decidiese quedarse en la Alianza Atlántica.

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El presidente norteamericano aplaudió también la "valentía y visión" puesta en el camino de España hacia la democracia.Ronald Reagan citó una vez a José Ortega y Gasset y dos veces a Cervantes, en un discurso florido y leído con su habitual énfasis de viejo actor.

"Ahora", afirmó, "España ocupa su lugar entre las naciones democráticas y predigo que la relación entre nuestros pueblos crecerá y dará frutos como jamás antes los diera". Finalmente, Ronald Reagan aludió a la responsabilidad defensiva de España. "La paz", afirmó, "no se logra por sí sola; todo pueblo libre comparte la responsabilidad de alimentarla y de invertir en ella". "Como es obvio", añadió, "la elección sobre la contribución de España a la seguridad occidental está totalmente en manos de los españoles: vuestra decisión será respetada". "Solamente diré", concluyó, "que el pueblo de Estados Unidos estará orgulloso de ver que el pueblo español continúa junto a nosotros y los otros miembros de la Alianza en nuestro esfuerzo colectivo y noble para preservar la paz y proteger la libertad humana". A la cena no asistió el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, aunque sí lo hicieron cinco ministros del Gobierno (Morán, de Exteriores; Boyer, de Economía; Solana, de Cultura; Ledesma, de Justicia y Serra, de Defensa) y los ex-presidentes españoles Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo.

Reagan fue precedido en su brindis por el Rey de España, que levantó su copa al final del banquete que le ofreció a su huésped: espárragos blancos calientes en salsa muselina, salmón braseado al hinojo con salsa de cangrejo, medallón de hígado de oca fresco y suflé frío de fresas con salsas de Aranjuez, regado con fino, riojas blanco y tinto, vino dulce, cava y brandy.

Don Juan Carlos comenzó expresando su seguridad de que Reagan ha podido "apreciar", durante su estancia en España, "la vitalidad del pueblo español y de, las instituciones democráticas *que libremente se ha dado". "Al hacerlo", dijo el Rey "España recobró su tradición secular tras un prolongado paréntesis". "En el período de clausura de las libertades que atravesó España", dijo más adelante el Rey, "siempre hubo en América hombres de sensibilidad moral y profundo sentido político que, resistiéndose a las meras inercias de la política del poder, alentaron a la consecución del cambio en mi país".

Don Juan Carlos afirmó sobre Latinoamérica su deseo de que "los problemas estructurales sean superados con reformas profundas". "Sin el afianzamiento de la justicia", señaló, "parece delicada la planta de la libertad". El Monarca hizo también referencia a los compromisos defensivos de España: "Los valores comunes", dijo, "deben defenderse frente a toda amenaza, en el marco de cada comunidad y también conjuntamente". "A ello", añadió, "España coopera decididamente a través del convenio de amistad, defensa y cooperacion con Estados Unidos y con su solidaridad con el mundo occidental".

La cena de gala en el palacio de Oriente era el último acto oficial de la visita de Ronald Reagan. La jornada de ayer comenzó también con un encuentro entre ambos jefes de Estado, cuando el Rey fue a visitar a Reagan a su residencia oficial en el palacio de El Pardo.

Quince minutos después del mediodía, Reagan llegaba a la Moncloa para iniciar sus conversaciones con Felipe González. Primero, se reunieron a solas durante 35 minutos. Posteriormente, se sumaron a la reunión que, paralelamente, celebraban funcionarios de ambos países, entre los que se encontraban los responsables de Exteriores, George Shultz y Fernando Morán, así como el titular español de Economía y Hacienda, Miguel Boyer. Todos ellos se unieron, de nuevo, a almorzar en la bodeguilla de la Moncloa. Pero, antes, González y Reagan, acompañados de dos intérpretes, hicieron el obligado paseo por los jardines del palacio, posando para las cámaras en la glorieta de los Tulipa

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Ronald Reagan y Felipe González deciden iniciar contactos diplomáticos para renegociar la presencia militar estadounidense en España

Viene de la página 13 nes y rindiendo así el reiterado tributo que durante esta visita de Estado se ha ofrecido a la imagen.

Al final del almuerzo -pasteles de cangrejo, solomillo al queso picón y tarta de chocolate, regado, con blanco catalán y tinto noble de Rueda-, González improvisaría una declaración a los periodistas, El presidente del Gobierno español desgranó el temario tratado con el presidente norteamericano relaciones Este-Oeste, Oriente Próximo, Centroamérica, Suramérica, Norte de África...

"Asimismo", añadió Felipe González, "hemos tenido la ocasión de poder hablar de la relación bilateral entre España y Estados Unidos, y quiero resaltar para la opinión pública española el gran interés que tiene para el Gobierne español que las relaciones entre España y Estados Unidos discurran por una senda de mutuo entendimiento, de comprensión recíproca y de permanente incremento de los intercambios".

Subrayó también "el gran interés que tienen para España, tanto desde el punto de vista interno cuanto para el proyecto exterior de España, estas relaciones con Estados Unidos". Igualmente, destacó "el enorme interés que tienen encuentros de esta naturaleza, sean en Estados Unidos o sean en España".

"El Gobierno que presido", agregó, "seguirá empeñado en el esfuerzo de mantener una relación cordial, amistosa, con Estados Unidos, más allá de lo que pueda haber de diferencia legítima de apreciación de algún problema de política exterior". "Más allá de eso", prosiguió antes de agradecer a Reagan su visita a España, "el interés de España se defiende exactamente haciendo de esta política de relación una política de amistad entre los dos países".

Contactos sobre las bases

Morán anunció al final de las conversaciones, como luego lo haría su homólogo George Shultz, que ambos países habían decidido, por iniciativa española, comenzar contactos diplomáticos a través de las vías ordinarias -embajadas de ambos países- para estudiar la renegociación de los próximos acuerdos hispano-norteamericanos. De este modo, España pretende obtener una disminución de los efectivos militares estadounidenses presentes en su territorio.

Morán manifestó que ninguno de los dos países pretendía iniciar negociaciones formales durante la visita de Reagan. El ministro español agregó que, si la anterior negociación se inició dos años antes de la expiración del acuerdo, "es lógico" que ahora suceda algo semejante.

La exposición por parte española de la necesidad de reducir los efectivos militares estadounidenses "no se hizo de forma dramática", informó. "Si de 12.000 soldados", agregó citando el número de soldados norteamericanos en España, "depende el equilibrio de Occidente, la situación es más grave de lo que yo pensaba", señaló con humor.

En cuanto a Centroamérica, según las declaraciones de Morán y Shultz, no parece que las posiciones de España y EE UU hayan cambiado nada en estos dos días. Existe la común defensa del pluralismo, pero discrepancia sobre los métodos. Fernando Morán subrayó de nuevo ayer el temor español de que las sanciones económicas decretadas por Washington contra Nicaragua terminen cubanizando este país.

"Conversaciones productivas"

El contenido de la declaración que leyó el presidente Ronald Reagan tras almorzar con el jefe del Gobierno español es el siguiente:"Quiero agradecer al presidente del Gobierno español las conversaciones tan productivas que sostuvimos en el día de hoy, así como la maravillosa hospitalidad española que me ha brindado. También quiero. decirles que, como californiano, me siento muy a gusto en este bello ambiente. La deuda que le debemos a la historia y al patrimonio de España es grande.

Estados Unidos y España, por mucho tiempo, han sido amigos y buenos aliados. Las conversaciones que hemos sostenido hoy han mostrado una amplia gama de acuerdos sobre la clase de mundo que nuestras dos democracias quisieran lograr. Cuando hubo discrepancias, creo que ambos nos benefi ciamos de las perspectivas de cada uno en cuanto a los retos que confrontamos.

España está haciendo una contribución importante a la se guridad occidental mediante la OTAN y nuestro acuerdo bilate ral. Agradecemos el apoyo que le ha dado España a nuestros esfuerzos para negociar reduccio nes profundas en los arsenales nucleares ofensivos, y estamos de acuerdo sobre la necesidad apremiante de fortalecer la paz y la seguridad en Europa y a tra vés de todo el mundo.

Expresé al presidente Gonzá lez mis felicitaciones con motivo de la conclusión con éxito de las negociaciones sobre el acceso de España a la Comunidad Europea. España ha trabajado arduamente por muchos años para lograr este objetivo, y les hemos apoyado permanentemente. Notamos que se requieren esfuerzos adicionales para fortalecer la paz, la democracia y el progreso económico en Centro y Suramérica. Es esta una región de especial interés para España, como lo es para EE UU.

También expresé al presidente González, y quiero volver a recalcarlo aquí, ante el pueblo español, cuán profunda es la admiración que siente el pueblo de Estados Unidos por lo que ha logrado España en un decenio muy corto. Señor presidente, el ejemplo de España ha elevado los espíritus donde quiera que los pueblos buscan la democracia. Muchas naciones, especialmente en América Latina, están siguiendo su ejemplo. Por tanto, es un honor para mí estar aquí para recibir el beneficio de su punto de vista y para darle a usted y a todos los españoles los deseos más profundos del pueblo de Estados Unidos de que continúe su éxito".

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