La reducción de la presencia militar norteamericana en España no se hará de forma apresurada
FRANCISCO G. BASTERRA Ronald Reagan abandona hoy Madrid satisfecho de haber logrado dos Importantes propósitos: explicar al Gobierno español su política hacia Nicaragua -cuyo objetivo final de abrir un proceso de reconciliación democrática es aceptado, según Washington, por el Gobierno socialista- y paralizar cualquier reducción apresurada de la presencia militar estadounidense en nuestro país. En este punto se ha buscado una fórmula de compromiso, que acepta el principio de la negociación, salva la cara del Gobierno español y es aceptable para los intereses norteamericanos. El secretario de Estado, George Shultz, calificó ayer la visita de "positiva y fructífera" y confirmó que el entendimiento entre el presidente de Estados Unidos y Felipe González ha sido muy bueno.
Las declaraciones de los dos líderes al final de las conversaciones reflejan esta impresión y confirman que, a pesar del sentimiento anti-Reagan reflejado en la calle en los últimos días, las relaciones entre el Madrid socialista y el Washington conservador son muy buenas.Reagan también ha aprovechado la visita para transmitir, en un discurso en la Fundación Juan March, un mensaje de optimismo a una sociedad fundamentalmente pesimista. Reagan ofreció a un auditorio de notables su buena nueva, las recetas que han logrado la espectacular recuperación económica norteamericana, sin precedentes desde la guerra de Corea. Reagan ofreció también su fórmula de menos gobierno, reducción de impuestos y levantamiento de trabas burocráticas y rigideces laborales a un Gobierno socialista que en algunos aspectos ya está poniendo en práctica medidas próximas a la teoría del reaganomics.
Shultz, en una conferencia de prensa, reconoció que España no ha manifestado "ningún apoyo" al embargo decretado contra Nicaragua, que tampoco ha pedido EE UU; pero precisó que aunque los análisis de la crisis que hacen los dos Gobiernos son diferentes, los objetivos de ambos son fundamentalmente los mismos: establecer la democracia en Nicaragua, lograr una política de reconciliación nacional y apoyar el proceso regional de paz de Contadora. La delegación norteamericana explicó a los españoles que está claro que los sandinistas se mueven en una dirección soviética y totalitaria, aunque "el grado de esto es discutido por los españoles", dijo Shultz.
Lograr una reconciliación
Reagan ha conseguido que el Gobierno español reconozca la importancia de lograr una reconciliación en Nicaragua, y Felipe González, en un paseo que ambos dieron a mediodía de ayer por los jardines de la Moncloa, aseguró que "hay que hacer un esfuerzo por la paz, y desde luego por preservar el pluralismo; esto ante todo", reconociendo implícitamente que éste no existe hoy en la Nicaragua sandinista. Esto es suficiente para Washington, que está dispuesto a aceptar que España discrepe de los métodos a emplear para conseguir el objetivo de democratizar Nicaragua. Ya sabía EE UU que el Gobierno de Madrid iba a condenar el embargo, con algo más de fuerza, pero al igual que lo han hecho los aliados europeos de la CEE, los países latinoamericanos y Canadá.
No hemos pedido a los españoles que medien en Nicaragua ni se les ha dicho que utilicen su "gran influencia" para convencer a Daniel Ortega de que abra un diálogo de reconciliación con los contra, que es el objetivo clave de la política de Washington, explicó Shultz. "No hay mensajes secretos", dijo el secretario de Estado. La posibilidad de que se pidiera a Felipe ,González que tratara de ablandar -a los sandinistas fue anunciada hace dos días en Bonn por un portavoz de la Casa Blanca. Fuentes norteamericanas dijeron anoche que de momento es suficiente con que el presidente del Gobierno español transmita a Ortega el sábado, a su paso por España, las intenciones de Reagan.
El secretario de Estado dijo que los españoles no han pedido que Washington reanude el diálogo bilateral con Managua que suspendió el pasado enero. Un alto funcionario de la Administración de Reagan explicó que ésta está dispuesta en cualquier momento a volver a hablar bilateralmente y que la aceptación de la exigencia de que los sandinistas negocien con los contra no es una condición previa. Cualquier gesto que muestre un deseo de atender algunas de nuestras peticiones bastaría para volver a hablar, dijo el funcionario.
El segundo asunto importante de la visita, la relación bilateral en el terreno militar -a la que Washington continúa concediendo gran importancia, con independencia de la pertenencia de España a la OTAN-, ha sido aclarado en las conversaciones mantenidas en Madrid. Las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores español, Fernando Morán, que reaccionaba a otras del secretario de Estado adjunto para Europa, Richard Burt, sugiriendo rapidez en la apertura formal de negociaciones para reducir la presencia militar estadounidense en España, fueron recibidas con sorpresa en Washington. Cualquier apresuramiento en esta cuestión es inaceptable para EE UU, que no estaba dispuesto a negociar este tema en el viaje.
Tras las conversaciones, las cosas quedan, pues, prácticamente como estaban. Se ha buscado una fórmula aceptable para ambas partes. Madrid ha comunicado oficialmente en este viaje que desea abrir el proceso de negociación sobre la reducción de la presencia militar norteamericana, que se llevará a cabo por los canales diplomáticos habituales. El Tratado de Amistad, Defensa y Cooperación, que expira en mayo de 1988, permite en cualquier momento que las partes propongan enmiendas o su renegociación.
Amplias discusiones
Shultz anunció ayer que se iniciará un proceso de amplias discusiones sobre la relación estratégica que une a los dos países y sobre la posición de España respecto a la OTAN. En este proceso previo de análisis se tendrán en cuenta los intereses de los dos países. El resultado de este estudio previo, explicó Shultz, deberá estar claro antes de que se presente una propuesta formal de negociación". Estas discusiones se pueden iniciar inmediatamente, pero "es prematuro fijar una fecha para las negociaciones", precisó Shultz.
Shultz confirmó que España ha comunicado a sus interlocutores norteamericanos que el Gobierno socialista continúa con su proyecto de convocar un referéndum que decida la cuestión OTAN. "Nosotros nos hemos limitado", explicó el secretario de Estado, "a reiterar nuestro firme apoyo a la pertenencia de España a la Alianza. EE UU ha recibido amplias explicaciones de Felipe González sobre el proceso que confirmará la presencia española en la OTAN".
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