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La visita del presidente norteamericano a España

Madrid, único puente de diálogo entre Washington y Managua

Madrid será escenario esta misma semana de encuentros del presidente del Gobierno español, Felipe González, con los presidentes, rivales, de Estados Unidos y Nicaragua. El jefe del Estado norteamericano, Ronald Reagan, llegó ayer a Madrid y hoy conversará con González sobre los problemas centroamericanos; le pedirá que plantee al régimen de Managua la necesidad de negociar directamente con los contra. Ayer se supo en Madrid que Daniel Ortega llegará a España el próximo fin de semana, escasamente un par de días más tarde de que Reagan abandone Madrid. La capital española s constituye así en el único puente de diálogo entre Nicaragua y EE UU, después de que Washington rompiera todos sus lazos, excepto los diplomáticos, con los sandinistas.

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La cuestión centroamericana no fue abordada ayer tarde, en la primera entrevista, de tres cuartos de hora de duración, que Felipe González y Ronald Reagan celebraron en el palacio de El Pardo, con la sola presencia del consejero del presidente estadounidense para Asuntos de Seguridad Nacional, Robert McFarlane; el director del Departamento Internacional del Gabinete del presidente del Gobierno español, Juan Antonio Yáñez, y dos intérpretes.Felipe González llegó a las seis en punto de la tarde al palacio de El Pardo, donde le recibió sonriente Ronald Reagan. Tres veces estrecharon sus manos ambos dirigentes para permitir el trabajo de los fotógrafos. Fue entonces cuando el presidente norteamericano mantuvo su único diálogo con la Prensa, al responder a Sam Donaldson, de la cadena televisiva estadounidense ABC.

"Puede que los españoles no hayan entendido nuestra política", contestó Ronald Reagan a la pregunta que Donaldson le había hecho sobre las diferentes posiciones de España y Estados Unidos sobre la cuestión centroamericana. "No sé si hay alguien en el mundo que esté más acostumbrado que yo a las manifestaciones", fue su lacónica y sonriente contestación a la pregunta que se le hizo sobre las marchas de protesta que contra él se vienen produciendo estos días en toda España.

Para la tercera pregunta, Ronald Reagan tuvo sólo una sonrisa como respuesta: no quiso dar su punto de vista sobre los deseos españoles de reducir la presencia militar estadounidense.

Ya con la sola compañía de sus asesores e intérpretes, Felipe González dió a Reagan la bienvenida a España y subrayó que esta bienvenida "no sólo era protocolaria", porque creía que esta visita podía ser "muy útil". Reagan intervino entonces para relatarle a González las posiciones de su Administración sobre las relaciones Este-Oeste y el problema del desarme. Semanas atrás, el presidente del Gobierno español mostró su interés en ser informado de este asunto aprovechando la estancia de Ronald Reagan en Madrid.

A continuación, Felipe González expuso el decálogo sobre paz y seguridad que sometió a consenso de las fuerzas políticas parlamentarias españolas el pasado mes de octubre. La diplomacia estadounidense había mostrado interés en que Ronald Reagan tuviera una cumplida información, de boca del propio González, sobre este decálogo, que prevé, entre otras cosas, la permanencia en la OTAN sin participar en su cadena de mando militar y la disminución de los efectivos militares que Estados Unidos mantiene en España.

Relaciones no sólo defensivas

Felipe González, como último punto de su diálogo de ayer con Ronald Reagan, expresó su deseo de intensificar los lazos culturales y económicos de España con Estados Unidos, de forma que "el pueblo español", según informó ayer una cualificada fuente de la Presidencia del Gobierno español, "no perciba sólo las relaciones con Estados Unidos, como unas relaciones meramente defensivas".

González declaró ayer por la mañana a la cadena televisiva estadounídense NBC que era partidario de revisar por completo la posición de España dentro de la OTAN y sus relaciones con Estados Unidos. "Deseamos", afirmó, "que haya una progresiva reducción de tropas e instalaciones nor-

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Madrid, único puente de diálogo entre Washington y Managua

Viene de la página 13 teamericanas", siguiendo dos principios: los "intereses estratégicos de España" y "los intereses estratégico-defensivos de la Alianza a la que pertenecemos".Apenas poco más de una hora antes de que llegara a Madrid el Boeing 707 de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas, Air Forces One, en el que viajaba Ronald Reagan, se conocían en Madrid los deseos del presidente nicaragüense de relizar una escala técnica en la capital española el proximo fin de semana para entrevistarse con Felipe González. Ortega realiza estos días una gira por los países socialistas, que inició el pasado día 28 de abril.

El presidente de Nicaragua ha recorrido ya Cuba, la Unión Soviética, Yugoslavia, Bulgaría, Rumanía y Hungría, y tiene que viajar aún a la República Democrática Alemana y a Polonia.

Idénticos trajes

Puntualmente, a las 16.1.5 horas, como estaba previsto, el Air Forces One aterrizó en el aeropuerto de Barajas y, cuatro minutos después, abría sus puertas frente al Pabellón de Estado. El embajador de Estados Unidos en Madrid, Thomas Enders, subió a saludar al presidente estadounidense.

Ronald Reagan, vestido con un traje gris marengo, corbata de listas granate y gris y camisa blanca forma idéntica a como vestía Felipe González, cuya indurnentar¡a sólo se distinguía en el menor grosor de las rayas de la corbatasalió del avión a las 16.21 horas. Junto a él, Nancy Reagan, que, para la ocasión, había abandonado su color favorito -el rojo- para utilizar un traje de chaqueta de cuadros grises oscuros y blancos con rayas negras.

Los Reyes de España fueron los primeros en estrechar las manos de Ronald y Nancy Reagan. Luego, tras escuchar los himnos y las 21 salvas de ordenanza, y pasar revista a las tropas, el presidente de Estados Unidos y su esposa contemplaron, cogidos de la mano, el desfile de las fuerzas que les rendían honores. Finalmente, Ronald Reagan pasó a saludar a Felipe González y al ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, únicos miembros del Gobierno que, junto con otras personalidades, formaban parte del comité de recepción.

No estuvo presente el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, quien suele acudir al aeropuerto en ocasiones similares para recibir a los visitantes extranjeros que llegan a Madrid.

El acceso de los periodistas al aeropuerto estuvo fuertemente controlado. Todos los informadores tuvieron que pasar a través de un arco detector de metales. El servicio secreto norteamericano, con su propio utillaje, dirigía el registro, lo que dió lugar a algunas protestas de periodistas que reclamaron en el control la presencia de la Policía española.

Entre las más fuertes medidas de seguridad que se han conocido en Madrid en ocasión semejante, los Reyes acompañaron a la pareja presidencial estadounidense en su paso por las calles de Madrid hasta el palacio de El Pardo, residencial oficial durante 41 horas de Reagan. Don Juan Carlos conversó allí, durante media hora, con el presidente de EE UU, y marchó 20 minutos antes de que llegara Felipe González para celebrar su primera entrevista. Por la noche, en el palacio de la Zarzuela, los Reyes ofrecieron una cena privada a Ronald y Nancy Reagan.

'De tú a tú'

El Gobierno español pretende mantener un diálogo equilibrado, de tú a tú, con Ronald Reagan y sus acompañantes durante la visita que el presidente norteamericano ha iniciado a España, según coincidían en afirmar cualificadas fuentes diplomáticas y gubernamentales españolas la pasada semana.Estas fuentes afirmaban que esta idea ha presidido incluso la elaboración del temario que discutirán ambos dirigentes políticos. Según daba a entender la pasada semana un portavoz gubernamental, se trata de evitar que en algún momento se desequilibre el diálogo, convirtiéndose en una confesión de sus problemas hecha por el pequeño país ibérico a la colosal potencia norteamericana.

De este modo, según la agenda negociada por las diplomacias de ambos países, Felipe González se interesará hoy por los problemas de la economía estadounidense, a la vez que le contará a Reagan sus propios problemas con el terrorismo y recabará de nuevo ayuda internacional contra este fenómeno.

Relaciones económicas

En general, fuentes diplomáticas y gubernamentales españolas han mostrado su satisfacción por las relaciones hispano-estadounidenses y el desarrollo del acuerdo suscrito por ambos países, con la sola excepción de las relaciones económicas, que España considera netamente desfavorables, a pesar de la mejora coyuntural registrada en los dos últimos años, debido a la subida del dólar y a la aceleración de la economía estadounidense.

El director general de Asuntos Políticos de Norteamérica del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Máximo Cajal, afirmaba la pasada semana que entre España y Estados Unidos "existen relaciones francas", precisamente "porque a veces hay discrepancias sustanciales". En un encuentro con los periodistas, Cajal reiteró la definición hecha por el ministro Fernando Morán al inicio de esta legislatura, calificando a España de aliado "fiel, sólido y consecuente".

Según la diplomacia española, en Estados Unidos han cesado ya los primeros recelos creados por la victoria electoral socíalista en las elecciones españolas de octubre de 1982.

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