Un dispositivo de seguridad sin precedentes
Varios miles de policías españoles participan en un dispositivo de seguridad sin precedentes en España, destinado a proteger al presidente Ronald Reagan de un posible atentado terrorista o a evitar la acción de -algún grupo extremista interesado en aprovechar la presencia masiva en Madrid de periodistas de todo el mundo para conseguir un mayor efecto propagandístico.Desde la llegada a Barajas del avión presidencial estadounidense, el Air Force One, agentes del Cuerpo Superior de Policía, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil pusieron en marcha el plan, que finalizará en cuanto Reagan y su séquito abandonen España. Sin embargo, la verdadera protección presidencial la ejercen una docena de agentes estadounidenses del Servicio Secreto, todos ellos fuertemente armados, intercomunicados, poco respetuosos con el protocolo y especialmente entrenados en la custodia de la integridad personal de Reagan.
Cuatro de esos agentes, los que forman la cápsula, sólo tienen como misión hacer de escudo protector de su presidente, en el caso en que se produjera algún atentado. La cápsula, cuyos componentes fueron identificados a última hora por su jefe directo con una pequeña insignia cuadrada de fondo blanco, con ribete dorado y con una pequeña estrella de sheriff de cinco puntas, están especialmente entrenados en intuir quien puede atentar contra su presidente. Para ellos incluso eran sospechosos los escoltas personales del rey Juan Carlos, un grupo reducido de guardias civiles asimismo identificados con otra insignia, esta redonda, de color dorado y con una pequeña corona real en su parte superior.
Este primer cordón de seguridad, el verdadero escudo de Reagan en todos sus desplazamientos fuera de la Casa Blanca, se complementa con otros muchos cordones, estos ya compuestos y dirigidos por la policía del país que visita Reagan. La Policía Nacional, el cuerpo que más hombres ha aportado a este dispositivo, dedicó numerosos agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana, especialistas; en desactivación de explosivos, antidisturbios y tiradores de elite, que ayer se apostaron en las terrazas y balcones más estratégicos del recorrido cubierto por Reagan.
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