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Las superpotencias reanudan el diálogo

Acuerdo en Ginebra para iniciar negociaciones globales sobre desarme nuclear y espacial

Soledad Gallego-Díaz

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ ENVIADA ESPECIAL, Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron ayer iniciar las conversaciones sobre reducción y control de armamento nuclear y espacial más importantes desde los años setenta. El anuncio fue hecho a medianoche por el secretario de Estado, George Shultz, tras catorce horas y media de discusiones con su colega soviético, Andrei Gromiko. Ambos ministros se reunieron durante dos días en Ginebra para intentar desbloquear las conversaciones entre los dos países, rotas hace 13 meses.

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George Shultz y Andrei Gromiko firmaron ayer un comunicado conjunto por el que sus respectivos países se comprometen a negociar sobre el conjunto de temas relacionados con armas espaciales y nucleares, tanto estratégicas o de largo alcance como intermedias (INF). Más importante aún, los dos países reconocen que los tres temas están interrelacionados y que deben ser estudiados y resueltos conjuntamente.El objetivo de las negociaciones -afirmó Shultz- es lograr acuerdos efectivos que eviten una carrera de armas en el espacio y la finalicen en la tierra, limitando y reduciendo las armas nucleares y fortaleciendo la estabilidad estratégica.

George Shultz y Andrei Gromiko acordaron también que las negociaciones sean efectuadas por una sola delegación, pero dividida en tres grupos. "Ambas partes", reza el comunicado, "creen que el objetivo último de estas conversaciones debería llevar a la completa eliminación de las armas nucleares en todas partes".

El comunicado no especifica la fecha ni el lugar de las nuevas negociaciones, pero afirma que estos aspectos serán acordados "a través de canales diplomáticos y en el plazo de un mes".

En una conferencia de prensa, el secretario de Estado norteamericano señaló que había telefoneado al presidente Ronald Reagan (que se dirigirá hoy a todo el país por televisión) y se mostró satisfecho de los resultados obtenidos. "Sin embargo", añadió, "tenemos que ser conscientes de que será un camino largo y complicado".

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El portavoz soviético del Ministerio de Asuntos Exteriores resaltó, por su parte, las esperanzas de su país en el acuerdo logrado, reiterando la voluntad negociadora del Kremlin e insistiendo en la importancía que da Moscú a la guerra de las galaxias. El portavoz soviético expresó su esperanza en que el encuentro sirva para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética y sea beneficioso para el resto del mundo.

Las conversaciones entre Shultz y Gromiko se iniciaron el pasado lunes, con pocas esperanzas de que las dos superpotencias fueran capaces de lograr lo que han conseguido: fijar cuáles son los temas a discutir y el procedimiento para hacerlo. Tras el comunicado conjunto de ayer, la tensión mundial disminuirá varios grados.

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Shultz: "Estamos de acuerdo en discutirlo todo"

Viene de la primera páginaEl secretario de Estado norteamericano, George Shultz, cansado pero con aspecto satisfecho, señaló que había explicado a su colega soviético, Andrei Gromiko, que la Iniciativa de Defensa Estratégica (SID), conocida popularmente como guerra de las galaxias, estaba en un estado puramente de investigación y pretendía mejorar la estabilidad estratégica entre las dos superpotencias. "Lo importante", insistió Shultz, "es que estamos de acuerdo en discutirlo todo, que todo está abierto".

Según la mayoría de los observadores, ha sido el temor a la guerra de las galaxias, que exige una enorme inversión económica y tecnológica, la que ha llevado de nuevo a la mesa de negociaciones a Moscú. La Unión Soviética se había retirado de todos los foros de discusión para control de armamento el mes de noviembre de 1983, como respuesta a la llegada de los primeros euromisiles al Reino Unido e Italia.

El presidente Ronald Reagan, que anunció la SID el pasado mes de marzo, repitió que el programa de investigación no sería objeto de regateo en las conversaciones de Ginebra, pero ha aceptado discutir con la Unión Soviética.Según George Shultz, no existe ninguna condición previa para el inicio de las negociaciones, es decir, que la URSS no ha exigido que se paralice inmediatamente la SID. Sin embargo, Moscú ha obtenido algo de lo que quería: se trata de una sola negociación con tres ramas, es decir, que las armas nucleares estratégicas (principal preocupación norteamericana) y las INF (principal preocupación europea) están al mismo nivel que el tema de la militarización del espacio.

El secretario de Estado norteamericano admitió que los tres temas están interrelacionados y, aunque evitó pronunciarse tajantemente, quedó claro que, si se quiere avanzar en los dos primeros campos, habrá que llegar también a acuerdos en el tercero.

Agotador encuentro

El resultado del agotador encuentro de Ginebra (cuatro sesiones de trabajo, celebradas alternativamente en las misiones ante la ONU de Estados Unidos y de la URSS) parece demostrar que ha prevalecido la opinión de George Shultz frente a la de los superhalcones del Pentágono, que no deseaban que se discutiera siquiera de la

guerra de las galaxias. Ello no quiere decir que hayan acabado las diferencias entre los responsables norteamericanos, porque la negociación será larga y compleja y Estados Unidos no se ha comprometido en Ginebra a paralizar el proyecto.

Shultz quiso desmentir los rumores sobre los enfrentamientos internos en su delegación y agradeció públicamente a todos sus miembros la labor realizada, "y muy especialmente al asesor presidencial para Asuntos de Defensa Nacional, Robert McFarlane", que asistió a las entrevistas.

El encuentro entre los dos ministros de Asuntos. Exteriores, que pone fin a una de las etapas más tensas en las relaciones entre las dos superpotencias desde la IIGuerra Mundial, había despertado una enorme expectación en todo el mundo. Cerca de 700 periodistas, 400 de ellos norteamericanos, acudieron a Ginebra para cubrir el acontecimiento.

Los dos países enviaron potentes delegaciones diplomáticas, especialmente en el caso de Estados Unidos, que llevó a Ginebra a 50 funcionarios. Del lado soviético, como dijo el propio Shultz, "lo más importante es que esté Gromiko".

Pese a la fuerte presión de los medios de comunicación, el encuentro se caracterizó por un absoluto y frecuente mutismo.

Sin filtraciones

Las entrevistas se celebraron en el más completo secreto. Por primera vez no hubo ningún tipo de filtraciones e incluso importantes diplomáticos occidentales minusvaloraron el alcance del acuerdo que se estaba preparando. La última entrevista, celebrada en la tarde de ayer, duró cinco horas y media ininterrumpidas, primer síntoma de que las dos delegaciones trabajaban a marchas forzadas en un comunicado final conjunto.

Las primeras noticias sobre el posible acuerdo llegaron a través de la televisión soviética, en la que un influyente comentarista, Valentin Zorin, afirmó que iba a quedar abierto el camino para nuevas entrevistas y negociaciones.

El presidente Ronald Reagan, informado minuto a minuto del desarrollo del encuentro de Ginebra, ordenó que hoy mismo viajen a varias capitales europeas el embajador Paul Nitze y el subsecretario Richard Burt, a fin de explicar a los aliados el contenido del acuerdo.

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