El director de Cultura de la Xunta dimite "para no engañar" a los que confiaron en él
Luis Álvarez Pousa, director general de Cultura de la Xunta de Galicia, presentó ayer su dimisión irrevocable por "considerar infringidas las condiciones pactadas para aceptar el cargo, hace 13 meses". Las diferencias entre el dimisionario y el titular de la Consejería de Educación y Cultura, Manuel Vázquez Portomeñe, se habían agudizado en los últimos tiempos, y ha sido también determinante la ofensiva emprendida contra la política cultural de la Xunta por el sector más conservador de Alianza Popular, incluyendo altas esferas centrales del partido.
El hasta ahora director general manifestó ayer que se sentía en la obligación de abandonar, "para no engañar", dijo, "a los que confiaron en mí durante todo un año, cuadros y animadores culturales de nuestro país"."Yo siempre dije", declaró Pousa, "que dejaría el cargo cuando no se me garantizara la libertad para elaborar una planificación cultural, para formar mi propio equipo de trabajo y un presupuesto mínimamente digno para llevar a cabo ese programa; y ese momento ha llegado".
Luis Álvarez Pousa comunicó su decisión, de carácter irrevocable, al vicepresidente del Gobierno autónomo y secretario general de AP en Galicia, Xosé Luis Barreiro, en una carta explicativa en la que hace un resumen de su gestión y relata las incidencias e impedimentos que le obligaron a abandonar el cargo. Barreiro, a quien se sitúa en la línea más autonomista y liberal de la AP gallega, fue quien en noviembre de 1983 ofreció la dirección general a Pousa, un profesional del periodismo de trayectoria galleguista y progresista.
El nombramiento supuso una gran sorpresa en los medios políticos y culturales gallegos.
Pese a la "solidaridad" de Barreiro y del presidente autonómico, Gerardo Fernández Albor quien trató de convencerle para que diera marcha atrás, Álvarez Pousa considera imposible su continuidad dado el deterioro de relaciones y tras comprobar "la in comprensión y cortapisas para impulsar una acción cultural con credibilidad desde la institución".
Aunque el dimisionario declinó entrar en detalles concretos, "por que no soy político y no quiero ganar ninguna batalla a ese nivel", el choque entre el proyecto cultural defendido por el director general y el del titular de la consejería se hizo más ostensible a partir de septiembre, precisamente cuando Vázquez Portomeñe decidió subvencionar institucionalmente con más de ocho millones de pesetas detraídos del presupuesto de Cultura, a la universidad del Atlántico, vinculada a AP y dirigida por, uno de los principales detractores públicos de Álvarez Pousa, el ex ministro Ricardo de la Cierva.
En una operación que los colaboradores del director general calificaron de "cerco programado" el consejero Vázquez Portomeñe cubrió unilateralmente en ese mismo mes de septiembre dos vacantes en el equipo de Pousa, nombrando como subdirectores del Libro y de Promoción y Difusión Cultural a dos personas de su confianza sin especialización para estas áreas.
El presupuesto destinado a Cultura para 1985 disminuye en proporción al pasado año. El porcentaje ronda el 0,6% de los presupuestos de la comunidad, descendiendo en casi 400 millones los efectivos económico-financieros con los que se operó en 1984.
La gestión de Luis Álvarez Pousa estuvo caracterizada por una inusitada actividad cultural, promovida o apoyada desde la institución autonómica. Creación del Centro Dramático Gallego, ayudas a la producción editorial en lengua gallega, becas y ayudas a la creación y producción en teatro cine y vídeo, encuentros de debate intelectual, muestras de arte como la de Imaxes dos 80 desde Galicia revitalización de festivales y muestras internacionales de teatro, música y cine, y los primeros pasos para la creación de la Biblioteca General de Galicia, Hemeroteca, Fonoteca y Archivo de la Imagen de Galicia son algunos de los logros o iniciativas puestas en marcha en este período.
