Signos de distensión entre Nicaragua y Estados Unidos

El Gobierno sandinista ha retirado parte de las fuerzas militares y material bélico desplegados en las calles de Managua, al tiempo que se anuncia la posibilidad de que las conversaciones entre Nicaragua y Estados Unidos se reanuden en la localidad mexicana de Manzanillo la próxima semana. Estos dos hechos han contribuido a rebajar la tensión entre los dos países, entre los que se temió un enfrentamiento armado durante los últimos siete días.

Un portavoz de la Embajada norteamericana en México anunció ayer que "el diálogo directo y secreto" entre Washington y Managua proseguirá "antes de que finalice el presente mes". El representante de EE UU indicó que los interlocutores de la nueva ronda de conversaciones "serán los mismos que en las anteriores ocasiones y discutirán sobre el mismo temario, es decir, el estado actual de las relaciones bilaterales".

La agencia de noticias nicaragüense ANN informó ayer que Managua sería favorable a un encuentro entre el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel d'Escoto, y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, siempre y cuando Washington mostrase buena disposición para la entrevista. El secretario general de la cancillería nicaragüense, Alejandro Bendana, comentó ayer que, para Nicaragua, era "algo nuevo y desconocido" el anuncio hecho el jueves en Washington sobre una próxima reunión entre D'Escoto y el enviado especial del presidente Ronald Reagan para Centroamérica, Harry Shlaudeman.

Las esperanzas de distensión entre Managua y Washington se ven, sin embargo, amenazadas por el anuncio norteamericano de que al menos otros cinco barcos soviéticos cargados de armamento navegan rumbo a Nicaragua. Portavoces del Departamento de Estado han asegurado que los buques cruzaron a principios de esta semana el canal de Panamá con destino a la costa nicaragüense.