La crisis Estados Unidos-Nicaragua

EE UU ha definido mejor su propia posición en relación a la crisis nicaragüense y, en general, ha precisado su actitud frente a las tensiones en América Latina. El esclarecimiento ha venido del secretario de Estado, George Shultz, cuya línea blanda parece prevalecer sobre la dura del Pentágono y de la CIA. Hablando ayer en Brasilia en el curso de una reunión de la OEA, Shultz ha dicho que los temores de Nicaragua por una invasión norteamericana no tienen ninguna base y son injustificados. (...)Las declaraciones del jefe de la diplomacia norteamericana parecen haber disminuido la tensión por la crisis nicaragüense. Ayer ha continuado en Managua el estado de alerta, pero pese a la presencia de los carros de combate en las calles, la gente parecía dar poco crédito a la llamada invasión norteamericana. (...) De la crisis centroamericana se ha ocupado también la Prensa soviética, con artículos que, según los expertos, tras una solidaridad de fachada, denotan la intención de la URSS de no querer comprometerse en un conflicto en la región.

En el clima de desdramatización de la crisis se inserta la precisión del Pentágono que excluye una correlación entre las maniobras navales en curso y la tensión en Nicaragua y una declaración del vicesecretario de Estado, Anthony Motley, en la que, según este último, la alarma desencadenada por el Gobierno sandinista tiene por finalidad esconder las dificultades internas de Nicaragua.

14 de noviembre