La Junta de Andalucía se plantea su posible oposición a una urbanización de chalés cercana a la Alhambra

La Junta de Andalucía podría oponerse a la realización del proyecto urbanístico denominado Los Alijares de la Alhambra (véase EL PAIS del sábado), por el que se pretende construir un conjunto residencial -que albergaría un total de 230 viviendas unifamiliares- sobre la ladera sur del Cerro Sabika, donde se encuentra la colina de la Alhambra. El consejero de Cultura del Gobierno andaluz, Javier Torres Vela, se entrevistará hoy en Granada con el alcalde de la ciudad, Antonio Jara, con objeto de ultimar personalmente el informe elaborado por su departamento sobre el polémico tema, que será presentado mañana a sus compañeros de consejo durante la reunión ordinaria que el Ejecutivo autonómico celebrará en Sevilla bajo la presidencia de José Rodríguez de la Borbolla.

Aunque Torres Vela no ha querido adelantar a la Prensa el sentido de su posición al respecto, ("No quiero que el alcalde se entere del criterio de la consejería por los periódicos", declaró ayer), todo parece indicar que se mostrará contrario a la proyectada urbanización, a pesar de que ésta cuenta ya con la correspondiente licencia municipal de edificación. Para la concesión de la licencia, el ayuntamiento granadino exigió en su día el visto bueno de la comisión del Patrimonio Histórico-Artístico, un informe positivo del Patronato de la Alhambra y el Generalife y todos los restantes requisitos legales exigibles. "Conozco el expediente completo del proyecto de Los Alijares desde hace algún tiempo y me consta que se ha llevado en todo momento con el debido respeto a la legalidad", ha manifestado el consejero de Cultura. "Sin embargo", añadió, "aunque no exista en este tema ninguna irregularidad urbanística, también hay que tener en cuenta otros factores".El proyecto de Los Alijares de la Alhambra comprende una superficie total de 140.000 metroscuadrados, de los que 52.000 serían cedidos al ayuntamiento, la mitad de ellos como suelo forestal y la otra mitad destinada a distintos servicios ciudadanos. En el resto del terreno, considerado como edificable, se construirían las 230 viviendas unifamiliares previstas, con sus correspondientes zonas verdes -más de 10.500 metros cuadrados-, centros docentes y otros equipamientos.

Según el proyecto, del que es autor el arquitecto local Eduardo Ortiz, las viviendas responderían al estilo de los clásicos cármenes morunos granadinos, dotadas cada una de su correspondiente jardín e integradas completamente en el ambiente paisajístico del lugar donde se piensan construir. La realización del complejo residencial supondría, por otra parte, una inversión global de más de 3.000 millones de pesetas, y entre los servicios que ofrecería destaca un hotel de cinco estrellas, del que Granada carece por el momento. Las obras de la urbanización serían ejecutadas por la empresa Ávilas Rojas, después de que ésta efectuara una permuta de terrenos con la promotora del proyecto, Andaluza Inmobiliaria, SA, una de cuyas cabezas visibles es el consejero del Banco de Granada, Alfonso Fierro.

Uno de los principales argumentos que los defensores del proyecto esgrimen a su favor es la realización de un nuevo vial de acceso a la Alhambra desde la carretera de Sierra Nevada, lo que garantizaría la salvación del frondoso bosque de la colina, cuyos cedros y castaños están demasiado castigados ya por los humos contaminantes de los miles de vehículos que diariamente lo atraviesan para visitar el recinto monumental. Los enemigos del proyecto opinan, sin embargo, que la realización del nuevo acceso no tiene por qué ir ligada a la construcción de la polémica urbanización, a pesar de que los promotores de ésta se hayan comprometido a financiar buena parte de los 100 millones de pesetas que costará la carretera.