El obispado chileno presenta querella contra la policía por la agresión a dos sacerdotes

El obispado de la ciudad chilena de Punta Arenas presentó ayer una querella judicial contra los carabineros que resulten culpables de haber agredido a dos sacerdotes. Según la denuncia de la autoridad eclesiástica, el cura Natalio Vitale fue golpeado por carabineros en la puerta de la catedral de Punta Arenas, localidad situada a 2.500 kilómetros al sur de Santiago.

Otro sacerdote, el padre Murillo, fue también atacado a pedradas por carabineros mientras se encontraba en un vehículo del episcopado. Ambos hechos, según la denuncia del obispado, se produjeron durante la última jornada de protesta nacional convocada por la oposición al régimen militar chileno del general Augusto Pinochet y cuyo balance fue de nueve muertos, más de 500 detenidos y numerosos heridos.Las revistas de oposición Cauce, Análisis, Pasi y Fortín Mapocho recibieron ayer la orden de no publicar fotografías "de cualquier naturaleza" ni dar a conocer informaciones sobre la protesta nacional en sus primeras páginas. En la orden se precisa que estas publicaciones "sólo podrán informar acerca de las denominadas protestas en páginas interiores". Al mismo tiempo, el Gobierno chileno levantó ayer la prohibición de difundir informaciones que había sido impuesta a la emisora Radio Cooperativa de Santiago.

Por otro lado, los restos mortales de,André Jarlan, sacerdote francés asesinado durante la jornada de protesta del martes pasado, llegaron ayer al aeropuerto de Roissy, situado en las afueras de París, a bordo de un aparato de la compañía Air France procedente de Santiago. André Jarlan será enterrado en la localidad de Rodez (centro de Francia), lugar del que era originario.

Simultáneamente, los sacerdotes, religiosas y diáconos de la zona sur del arzobispado de Santiago denunciaron ayer "la mentira oficial y la de varios medios de comunicación" sobre la muerte de André Jarlan, señalando que "los que hieren y matan en los días de protesta son los carabineros y los agentes de seguridad, porque cuando ellos no intervienen la protesta se desarrolla pacíficamente y no hay violencia contra las personas".