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Creciente inquietud en el Kremlin por el acercamiento entre los dos Estados alemanes

Pilar Bonet

La creciente inquietud de Moscú ante el acercamiento entre la República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal de Alemania (RFA) se puso de manifiesto ayer en un editorial aparecido en el diario Pravda, que suponía una advertencia al líder alemán oriental, Erich Honecker, en opinión de observadores de la RFA en Moscú.

Por segurada vez en menos de una semana, Pravda arremetió ayer contra el Gobierno de Bonn, al que acusó de querer alterar la estabilidad de la RDA por medio de presiones económicas. Eje de la argumentación fue el crédito de 950 millones de marcos (unos 54.000 millones de pesetas) concedido por el Deutsche Bank (RFA) al Banco de Comercio Exterior de la RDA. Alegando que se trata de "un intento de conseguir nuevas vías para ejercer influencia política e ideológica", Moscú se opone a este préstamo, que se concede precisamente cuando el Este trata de reducir su dependencia económica de Occidente y lograr una mayor cohesión interior.En opinión de fuentes alemanas occidentales, el deshielo entre la RDA y la RFA preocupa al Kremlin porque rompe con la lógica soviética, según la cual, la participación de Bonn en la carrera de armamentos y su papel en la instalación de los misiles nucleares de alcance medio debe ser contestado con un bloqueo en las relaciones interalemanas. Con ello se lograría una armonía entre la tensión Este-Oeste a nivel global y la tensión en la línea fronteriza de los bloques en territorio europeo. El proyectado viaje de Erich Honecker a la RFA para el próximo septiembre y el crédito del Deutsche Bank no encajan en este marco, comentan las fuentes.

Las acusaciones de revanchismo camuflado bajo el concepto de "intereses alemanes comunes" se multiplican últimamente en los medios de comunicación de la URSS y en las declaraciones de sus políticos. Aunque ataques similares se habían repetido en el pasado, con mayor o menor virulencia según las épocas, observadores de la RFA creen que en la actualidad son más virulentos y tienen un alcance más amplio.

El viaje de Genscher

Las críticas a la política de la RFA y las alusiones al renacimiento de grupos neonazis se intensificaron precisamente en vísperas de la visita del ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans-Dietrich Genscher, a Moscú el pasado mes de mayo. Durante aquella estancia, el jefe de la diplomacia de la RFA insistió en que su país era un fiel aliado de EE UU."Al apoyar incondicionalmente la política de enfrentamiento con la URSS y otros Estados socialistas y al actuar como los iniciadores de la carrera de armamentos en Europa", aseguraba ayer Pravda, los líderes de Bonn "están tratando con más energía que nunca de llevar a cabo sus planes para lograr el Estado alemán de obreros y campesinos". El diario recordaba las palabras de Honecker en el sentido de que la socialista RDA y la capitalista RFA no pueden combinarse, de igual modo que es imposible combinar la llama y el hielo.

La URSS reaccionó también negativamente ante el reciente cese de las prohibiciones que pesaban sobre la RFA -como consecuencia de la segunda guerra mundial- para construir determinados tipos de armamentos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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