Expulsiones en Nicaragua
Aplaudo la expulsión de los 10 sacerdotes extranjeros en Nicaragua... El pasado año realicé un viaje por aquel país y tuve ocasión de conocer las realidades de los cristianos, similares a nuestra Península y nada extrañas a la eclesiología, con dos enfoques y praxis creyentes:a) Por un lado, una jerarquía -alto clero y algunos párrocos- que desarrollaba una cierta apología antigubernamental desde laspastorales, homilías y la enseñanza privada.
b) Por otro lado, gran parte del bajo clero -religiosos y creyentes- que desarrollaba su compromiso cristiano en parroquias del interior y fronterizas, en las campañas de alfabetización, sanidad, educación...
El primer grupo vivía y paseaba tranquilamente por Managua y otras ciudades, con muchas comodidades a todos los niveles: alimenticias, bienes de tercera necesidad, confort...
El segundo grupo se encontraba muy vinculado a la situación del pueblo, el cual carece de muchas satisfacciones gracias al bien hacer de la CIA y del Pentágono. Necesidades truncadas por el boicoteoalimenticio, de suministros de todo tipo (cientos de autobuses paralizados por falta de simples recambios, escuelas carentes de lapiceros..., nulas existencias de elementos sanitarios: medicinas, pasta dentífrica, jabones...).
Del primer grupo recibí muchas críticas al nuevo proceso de reconstrucción nicaragüense; el segundo grupo estaba atravesado de ilusiones, esperanzas, proyectos...
Resumiendo, tenemos dos comunidades de creyentes enfrentadas. Una que vive bien y critica al Gobierno sandinista; la otra que vive con las limitaciones impuestas por el ¿buen orden? multinacional al pequeño y tan grande pueblo nicaragüense. ¿Qué praxis es la correcta? ¿Cuál es más solidaria con la liberación de aquel pueblo?
Aterrizando en el caso concreto que nos ocupa, podría citar numerosos hechos que testifican y avalan mis anteriores manifestaciones, así como demuestran las actuaciones antidemocráticas y desestabilizadoras de los expulsados (apoyos al FDN, a Edén Pastora a contras...). Tarea que dejo en manos de expertos periodistas que recojan alguna vez las dos praxis enfrentadas.
Sólo voy a citar las manifestaciones que uno de los expulsados vertió en ese diario el pasado día 11 de julio: "Primero, con Somoza hubo una dictadura capitalista; ahora la hay socialista. Ésta es peor que la otra" (reverendo Caudell). ¿Con la Junta Sandinista se sigue torturando y asesinando a la población? ¿En la época de Somoza el obispo de Managua disponía de la misma libertad que tiene actualmente? ¿No habría corrido la misma suerte que monseñor Romero?-
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