Debate internacional en Salamanca sobre el peso de la historia en la obra de Faulkner
Un aspecto clave de la obra de Faulkner, la historia, es el tema principal del tercer coloquio internacional que sobre el escritor norteamericano William Faulkner se inauguró ayer en la universidad de Salamanca. El coloquio continúa a los de París (1980) y de Estrasburgo (1982). Lo organizan los profesores de las universidades de estas dos ciudades Michel Grasset y André Bleikasten, y Javier Coy y Catalina Montes, de la universidad de Salamanca.
"Hay mucha obra crítica sobre Faulkner, pero poca es realmente útil", dice Javier Coy, catedrático, de inglés y director del Instituto Walt Whitman, bajo cuyos auspicios se organiza el debate. "Se repiten datos erróneos. Y sólo hay algunas cosas serias, como los Ebros de Cleance Brooks y Michel Millet, y otras sueltas que tienen solidez". En estas reuniones puede resultar útil la aportación de diferentes trabajos sobre distintas obras de Faulkner con un enfoque único, "el del peso de la historia en sus obras, el uso del escritor de la historia, su manejo del pasado como causa del presente. Puede que sea algo muy relevante".Esta utilización de la historia por Faulkner como motor de las conductas de sus personajes ha merecido en este tercer encuentro la atención de los especialistas. Entre ellos figuran François Pitavy, Jacques Pothier, James Hinkle, el japonés Kiyoyuki Ono, John Matews, Enrique García y otros profesores.
Faulkner fue un escritor muy preocupado por todos los problemas derivados de la guerra civil y de la esclavitud, por las consecuencias sociales y económicas de estas situaciones en su propia sociedad, que han marcado su obra, explica el profesor Coy. William Faulkner es, para el catedrático salmantino, "el único escritor de la generación americana de entre guerras que consiguió sobrevivir con fuerza creadora e imaginación a la segunda guerra mundial".
El profesor Coy continúa destacando la importancia formal del monólogo interior en los personajes de Faulkner. "Nadie puede negar en la literatura americana o en la universal el valor de su desarrollo como medio técnico por el cual transmite al lector la corriente de conciencia de sus personajes. Éstos piensan, reflexionan, tienen su corriente de conciencia, que a veces no responde tampoco a la voluntad, y el monólogo interior verbaliza todo el proceso interno, que se rige por unas leyes que no son a veces las de la lógica".
No obstante, Javier Coy, que intervendrá en el encuentro con un trabajo sobre la obra Go down, Moses (Desciende, Moisés), añade que la lectura de William Faulkner es difícil porque la información precisa para comprender una de sus novelas no está en ella, sino que a veces se encuentra en otro relato o en otra novela. Y pone como ejemplo que para entender la historia completa de los personajes de Go down, Moses sólo se consigue leyendo Introuder in the dust (Intruso en el polvo) y en The unvanquished (Los invictos), y para conocer Sanctuary (Santuario) hay que leer una obra de 20 años después, Requiem for a nun (Réquiem por una mujer). "Faulkner tiene su mundo y de él va escribiendo vistazos parciales", dice Coy.
Babelia
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