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Delibes define en el Congreso de los Diputados el objetivo de su obra literaria

La fidelidad a unos temas determinados (la muerte, la pobreza, la infancia, el prójimo) y la preocupación ética, por encima de los valores estéticos, definen la obra literaria de Miguel Delibes, según afirmó el propio escritor durante la conferencia pronunciada el pasado lunes en la sala de actividades culturales del Congreso de los Diputados.Miguel Delibes analizó los distintos movimientos literarios producidos a partir de la guerra civil para terminar con una detallada reflexión sobre su propia obra.

El escritor y académico Miguel Delibes (Valladolid, 1920) llegó vestido con un traje gris y sin su inseparable boina en la cabeza. De entrada advirtió al numeroso público que llenaba la sala (entre los que se encontraba el actor Francisco Rabal, el Azarías de Los Santos Inocentes que acaba de rodar Mario Camus, versión de la que Delibes asegura estar muy satisfecho) que a él no le gustan este tipo de actos, y menos cuando tiene que hablar de sí mismo, "pero es bueno que, de vez en cuando, política y literatura se den la mano".

Antes de entrar en el análisis concreto de su obra dijo que en España, con una periodicidad de 10 años, se producen distintos movimientos literarios ligados a la evolución política y a la flexibilidad de la censura. Una primera promoción de escritores, surgida a raíz de la guerra civil, estaría integrada por creadores autodidactas, sin relación entre ellos, poco brillantes y preocupados básicamente por el argumento de sus escritos.

La década de los cincuenta traería la generación de los realistas u objetivistas. Son hombres universitarios, vinculados entre ellos con voluntad de renovación formal y poco preocupados por las emociones. Ya en los sesenta, con el reblandecimiento de la censura, surge la llamada generación de la berza, con una gran actitud crítica respecto a su entorno social y un enorme desprecio por la forma. Y, finalmente, a partir de los setenta llegan los experimentalistas, preocupados sólo por escribir bonito y en quienes la frondosidad verbal que utilizan casi elimina el argumento.

Tardío e inclasificable

"Ante este panorama, dónde me sitúo yo?", se preguntó Delibes. "Teniendo en cuenta que mi vocación fue tardía (hasta los 25 años no publicó su primera novela) y que el arte es una evolución que, en mi caso, obedece a circunstancias personales ajenas a la estética, no me puedo situar plenamente en ninguna de estas tendencias, aunque tenga un poco de cada una de ellas. Como Dios, estoy en todas partes".

Su fórmula para crear una novela parte de un hombre (siempre el individuo acosado por la sociedad), un paisaje (Castilla la Vieja) y una pasión. "Para mí, la novela es un intento de exploración en el corazón humano, a partir de una idea que es casi siempre la misma, contada con diferente entorno".

En este sentido, Miguel Delibes añadió que la fidelidad a esa idea es una constante de sus novelas.

"En 35 años he trabajado en torno a los mismos temas: la soledad, la inestabilidad, el miedo del individuo acosado por la sociedad. Mis hombres son seres siempre acosados por las ratas, la estulticia, la violencia, el clasismo. Yo soy un notario de mi tiempo porque registro unos tipos que perviven aunque estén a punto de desaparecer: el señor Cayo, la Carmen, el Azarías... He tomado parte por los débiles y los marginados. Sin una norma ética como acicate, mi obra literaria no hubiera existido", dijo en el Congreso el autor de El disputado voto del señor Cayo, Cinco horas con Mario y Las ratas, entre otras obras.

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