Rafael Alberti invita a un 'viaje sonoro', a través de su sonata para verso y la laúdes

El espectáculo Invitación a un viaje sonoro, sonata para verso y laúdes, de Rafael Alberti y el cuarteto Granío, se representa hoy viernes y mañana sábado en el teatro nacional María Guerrero, de Madrid. La obra, cuyos versos están recogidos en el libro Pleamar, fue compuesta en Buenos Aires, en 1942, para Paco Aguilar, uno de los cuatro hermanos que integraban el Cuarteto Aguilar.

Rafael Alberti explica que el Cuarteto Aguilar era famosísimo en el mundo entero. "Sólo quedó Paco Aguilar, porque cada uno se fue para un lado y yo me reuní con él y creamos esto, que estaba pensado para verso, laúd y piano. Yo calculo que lo hicimos unas setenta y tantas veces, donde entonces se podía (Argentina, Uruguay, Chile ... ). Incluso en casa de Falla. Estábamos en Córdoba (Argentina) representando esto y resulta que Falla dijo que él nunca iba al teatro, así que fuimos a su casa y le gustó mucho. Su opinión era muy importante para nosotros".Paco Aguilar murió en el 47, el mismo año que Falla. "Después, aquí", prosigue Rafael Alberti, "había un grupo bastante bueno, éste del Grandío, y lo montamos otra vez. Lo estrenamos en España el año pasado en el Ateneo de Madrid".

El recital empieza con unas alabanzas al laúd, uno de los más antiguos instrumentos, y va desde las cantigas de Alfonso X hasta Mozart, Albéniz, Turina, Falla. Dice Alberti que los versos forman parte de la música, son como una cantata, una oratoria. Mi voz es aquí un instrumento más. Estos versos están recogidos en un libro que se llama Pleamar".

La musicalidad es precisamente: una de las características de la poesía de Rafael Alberti. "Creo que soy un poeta casi musical. Hay muchas canciones hechas Con mis versos. Más de 30. Algún día publicaré un cancionero. Yo no toco nada. El piano con un dedo. Pero tengo mucho sentido musical. Mis tres primeros libros eran de corte musical".

Los versos, según Alberti, "fueron escritos buscando ser la expresión verbal más rítmica, exacta, a veces aérea y casi inapresnible, de las obras, después de escuchadas y estudiadas con la más profunda atención, ciñiéndome, en lo posible, al acento musical de cada estilo".

El cuarteto Grandío está integrado por el Cuarteto Clásico de Laúdes Españoles, formado por Pedro Chamorro (laúd tiple), Antonio Navarro (laudete), Caridad Simon (laúd tenor) y Esther Casado (laudon). Todos sus miembros son discípulos de los maestros Grandío y permanecen agrupados desde 1982.