El mercado negro del arte mueve tanto dinero como el legal, según los anticuarios
Los profesionales del sector, preocupados por la nueva ley del Patrimonio
La séptima edición de Feriarte, certamen dedicado al anticuario español, en el que participan 130 expositores, constituye, además de una oferta cultural para el visitante, un punto de encuentro de estos profesionales del arte donde todos ellos muestran su preocupación por la amenaza que para ellos supone la presión fiscal que grava el coleccionismo de objetos de arte y el mercado negro que mueve tanto dinero como el legal en este sector. La feria será clausurada el día 6.
En opinión de los anticuarios expositores, el resultado de este séptimo certamen está resultando satisfactorio. No por el valor de los objetos vendidos, ya que las ventas no han aumentado, sino por el número de visitantes de la feria que son considerados como potenciales compradores y coleccionistas.Luis Cárabe, el presidente de la Federación Española de Anticuarios, sevillano establecido en Madrid desde hace 37 años, explica que la máxima preocupación del sector que representa alrededor de 500 anticuarios en toda España está en conseguir la libre circulación de los objetos de arte. Esto supondría la desaparición de 26,60% que tienen que pagar sobre el precio de los objetos adquiridos fuera de España y que los coleccionistas y propietarios de arte no sufran ninguna presión fiscal por cuanto su actividad supone la conservación del Patrimonio Histórico Artístico.
Luis Cárabe señala a continuación que esta presión fiscal es una de las mayores causas del aumento del mercado negro del arte, en el que afirma que se mueve tanto dinero como en el mercado legal. "Esta situación no solamente nos perjudica a nosotros, que de seguir así muchos tendrán que cerrar sus establecimientos, sino que los compradores corren el riesgo innecesario de ser estafados".
La procedencia de los objetos de arte con los que se surten los anticuarios suelen ser las casas particulares y las ventas por parte de herederos de coleccionistas. El anticuario que se mueve en los circuitos legales compra siempre en el domicilio del vendedor y nunca acepta lo que le llevan a su tienda. En un registro que obligatoriamente deben tener, anotan los datos de identidad del vendedor y del objeto adquirido. Una brigada especial de la policía inspecciona periódicamente los registros, de forma que cuando una obra robada ha sido comprada es fácilmente localizable.
El mercado del mueble antigua tiene unas características muy diferentes de otros círculos comerciales. Como primeros clientes están las clases profesionales, de un poder adquisitivo medio alto que, generalmente, saben distinguir las características y valor de los obje tos que buscan.
Dice el presidente de la Federación Española de Anticuarios que las ciudades españolas donde este mercado tiene mayor vitalidad son Madrid y Barcelona. "Porque se mueve más dinero; pero es curioso señalar que donde más se entiende de antigüedades y en especial de pintura es en Andalucía. Allí, por ejemplo en Sevilla, puede entrar a la tienda gente que está muy claro que no puede comprar nada, pero que entiende y conoce la pintura que tiene delante como el más experto especialista. Supongo que se debe a la tradición cultural y al patrimonio histórico artístico que tiene Andalucía".
Aquí, a Madrid, a esta séptima edición de Feriarte, han venido anticuarios de toda España, aunque mayoritariamente de Madrid y Barcelona. Traen lo que han considerado más característico de sus respectivos establecimientos (retablos, sarcófagos, escritorios), sin olvidarse de incluir todos aquellos objetos que de alguna manera son más asequibles a los visitantes: pequeñas cajitas de plata, pitilleras, tabaqueras, pipas, relojes de bolsillo, abanicos, pistolas etcétera. Las piezas más baratas son unas figuritas precolombinas, de la cultura taina, que se venden a 900 pesetas cada una. Una colección de más de 30 relojes de bolsillo (cuyo funcionamiento no se garantiza) y cuyo precio global es de 150.000 pesetas.
La exposición del Anticuario español se encuentra situada en el Palacio de Exposiciones de IFEMA, en el paseo de la Castellana, 257. El horario de visitas es ininterrumpido, desde las 11.30 horas hasta las 21.30 horas.
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