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Pierre Vilar: "Toda cultura se define en la historia"

"Toda cultura se puede definir y se define en la historia", dijo en Valencia Pierre Vilar, el historiador e hispanista francés que hace unos días estuvo en la mencionada ciudad hablando precisamente sobre la cultura y que el lunes inauguró en Madrid el coloquio Cien años después de Karl Marx. Vilar, con sus 77 años y su eterna mirada de perplejidad, habla un catalán muy aceptable y un mucho mejor castellano. En Valencia habló sobre Cultura individual y cultura nacional, informa Manuel Muñoz.Sería necesaria una visión histórica de la cultura, porque en cada momento se puede estudiar una función distinta de la misma, pero el conjunto es un continuo que cobra su sentido global en la historia, dice Vilar.

La cultura y su plurivocidad es lo que más preocupa a Vilar, quien se muestra reticente a contestar preguntas sobre la España actual y Cataluña, pues dice que prefiere la escritura reflexiva antes que las opiniones verbalmente expresadas. "Actualmente hay alrededor de 300 o 400 definiciones de cultura, pues cada uno da la suya". Aunque no se atreve a dar una propia, confiesa que le gusta especialmente la que ofrece Joan Fuster: "La cultura es un sistema de referencias", si bien puntualiza que, como todas las definiciones, siempre deja algo fuera.

Vilar diferencia entre la cultura individual, la de cada uno, que puede estar construida a partir de preferencias personales, y las diferentes culturas nacionales, como un sistema en cierto modo más cerrado y uniforme. Y éste ha sido el objeto de una conferencia que pronunció con motivo de los premios literarios Octubre, en lengua catalana. Al hablar de las culturas nacionales, Vilar no evita la conflictiva cuestión del tópico y la caricatura.

"Por ejemplo, la imagen exterior de Valencia", dice, "vinculada al pasodoble que lleva el nombre de la ciudad, la paella, las naranjas. Hay mucha gente aquí que rechaza todo eso, pero hay que pensar en la importancia que esos elementos, caricaturescos si se quiere, tienen fuera de Valencia. Es el caso de la Carmen de Merimée y de Bizet, que durante muchos años ha tendido a ser rechazada en España. Sin embargo, me agrada que un director de cine como Saura haya sabido retomar estas imágenes con gran sentido individual. Hay mucha gente que se construye su propia cultura", señala Vilar, "que se aísla, en, función de que prefiere la cultura budista o la griega, y se aísla del entorno". Sin embargo, estas preferencias personales siempre han de construirse sobre una base previa, que suele ser la cultura nacional de cada uno, similar para todas las personas que nacen en un mismo territorio.

Vilar dice que la cultura nacional, la de un país, es siempre "más típica que la individual, la de cada uno, que incorpora elementos extraños diferentes, según sus preferencias personales".

Hay, con todo, una gran cantidad de aspectos diferentes sobre el problema de la cultura que Vilar no soslaya, si bien siempre es reacio a dar opiniones concluyentes. Uno de ellos es el de la cultura televisiva. "Antes la gente leía", señala, "e incluso cuando no leía tenía acceso a la literatura a través de las lecturas públicas".

Pero en nuestro tiempo el panorama ha cambiado sustancialmente por la televisión. Indica Vilar la importancia del hecho de que, a diferencia de lo que ocurre con la literatura, "para ver la televisión se necesita una educación escolar compleja".

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