Los Gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras piden a Kissinger más armas y dólares para acabar con la guerrilla
Más armas (aviones y repuestos, fundamentalmente) y más dólares pidió ayer a Henry Kissinger el presidente de Guatemala, general Oscar Mejía Víctores, como fórmula para desmontar a la guerrilla y evitar así el avance comunista en el país. Idéntica solicitud le fue presentada el día anterior a Kissinger, presidente de la comisión bipartidaria para Centroamérica, en El Salvador, y es seguro que se repetirá hoy en Honduras. Sólo Panamá y Costa Rica han puesto mayor énfasis en la cooperación económica, que a su juicio es la más segura defensa de la democracia porque contribuye a erradicar la pobreza.
Durante su estancia en la capital salvadoreña, el ex secretario de Estado manifestó que su misión tiene tres objetivos: combatir el totalitarismo marxista, defender la democracia y proteger los derechos humanos. Enfatizó que Washington no tolerará más abusos en nombre de la seguridad."He informado al presidente", declaró después de su breve entrevista con Álvaro Magaña, "que no se puede pedir a los norteamericanos que escojan entra la seguridad y los derechos humanos, porque ambos temas están el frente de la confrontación entre el marxismo y la democracia. Es absolutamente imperativo que los principios democráticos y los derechos humanos sean preservados y ampliados".
Después del tono enérgico de su declaración, Kissinger aseguró, sin embargo, que el Gobierno salvadoreño ha efectuado progresos en la defensa de los derechos humanos, fórmula empleada por el presidente Reagan para mantener la ayuda militar a ese país. El diplomático estadounidense eludió toda referencia a los recientes asesinatos de varios líderes sindicales a manos de grupos paramilitares, lo que motivó en su día una vigorosa condena del Departamento de Estado.
En el curso de una conferencia de prensa, Henry Kissinger explicó que se había entrevistado durante casi una hora en San José con Alfonso Robelo, no por su condición de dirigente guerrillero, sino como líder político de un grupo de refugiados nicaragüenses. Añadió que durante la conversación no se abordaron cuestiones bélicas, sino que se habló únicamente de la situación política regional y de la posibilidad de restaurar la democracia en Nicaragua mediante la convocatoria de elecciones.
De esta forma, justificó su reunión con uno de los máximos líderes de la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), organización que combate con las armas al Gobierno nicaragüense, a pesar de que al inicio de su gira había anticipado que no venía a dialogar con ninguno de los numerosos grupos armados existentes en la región centroamericana.
En medio de excepcionales medidas de seguridad, la comisión Kissinger llegó ayer al palacio presidencial de Guatemala después de las nueve de la mañana. Tras una breve reunión a puerta cerrada con el presidente Mejía, fue recibida por el canciller Fernando Andrade. Los periodistas pudieron asistir a una parte de esta entrevista, durante la cual el ministro de Relaciones Exteriores hizo una exposición general sobre la situación política de Centroamérica ante un Kissinger silencioso.
Andrade puso como ejemplo regional al sistema de Costa Rica, para quien pidió una mayor ayuda económica por tratarse dé un país que carece de Ejército. Dijo también que El Salvador está realizando esfuerzos significativos por restaurar la democracia, al igual que el Gobierno guatemalteco, en cuyo nombre se comprometió a mantener el calendario electoral anunciado, que pasa por unos comicios constituyentes el 1 de julio del próximo año.
Una parte de la comisión se reunió a última hora de la mañana con altos mandos militares, que les informaron sobre la reáctivación del Consejo de Defensa Centroamericano (Condeca) y la necesidad de más aviones para combatir a las fuerzas guerrilleras, que han renovado la lucha en el país con la apertura de nuevos frente militares.
A primeras horas de la tarde ha bían sido convocados los representantes de los 35 partidos políticos que están en trance de formación. Sólo la Unión Revolucionaria Democrática declinó la invitación, por entender que esta gira de la comisión Kissinger constituye una evidencia más de la intromisión norteamericana en los asuntos internos de la región.
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