La CEOE endurece sus críticas al Presupuesto del Estado y de la Seguridad Social para 1984

La patronal CEOE ha valorado los proyectos de presupuestos del Estado y de la Seguridad Social para 1984 como "verdadera expoliación del ahorro", "atentado contra la competitividad de la economía, penalizadores del esfuerzo laboral "bajo el tópico de que los salarios bajos son la única vía de solución a nuestros problemas" y de "graves consecuencias para la tesorería de las empresas". Expresiones como éstas aparecen en un documento provisional que ha circulado en medios de la organización y que servirá de base para su próximo pronunciamiento público.

La valoración, conocida ya por los órganos directivos de la patronal, ha sido considerada más dura que la del año pasado, que pareció tímida en diversas esferas de la confederación. El comité ejecutivo no ha puesto inconvenientes a la misma. Pero el hecho de que no haya sido difundida responde, según fuentes de la patronal, a que será completada una vez estudiados a fondo todos los documentos presupuestarios, en especial los datos sobre empresas públicas y organismos autónomos. Objetivo principal de esta demora es analizar la "incoherencia" entre los presupuestos y el programa económico del Gobierno, en cuya elaboración el Ejecutivo, afirma el texto provisional, ha quemado un año.La valoración afirma en que "se trata de los primeros y auténticos presupuestos socialistas", palabras atribuidas a un alto cargo de la Administración. Tras indicar que la persistente exclusión de entes territoriales y la nueva inclusión de organismos autónomos comerciales nos sitúa "cada vez más lejos de poder conocer cuál es el verdadero presupuesto de las administraciones públicas españolas", en especial por no recoger "otros ingresos coactivos" (se refiere a las cotizaciones por desempleo e ingresos de autonomías y ayuntamientos), el documento afirma: "Es pura incógnita el uso que los ayuntamientos quieren hacer de los cheques en blanco que el Gobierno va a entregarles bajo la doble forma de libertad de recargo sobre la cuota del impuesto sobre la renta y libertad de tipos a aplicar en la contribución urbana. La confusión y el desbarajuste aumentarán sin límite a medida que las comunidades autónomas generen sus propios recursos y gravámenes".

Ahorro y esfuerzo laboral

La conclusión de que estos presupuestos "representan una verdadera expoliación del ahorro, tanto el que se genera en el ejercicio, a través del impuesto sobre la renta, como el acumulado a lo largo de los años, mediante los impuestos de sucesiones y patrimonio", pretende fundamentarse en la diferencia entre el 8% de inflación prevista y los presuntos aumentos reales en la recaudación por dichos tributos."Si realmente se cumple la recaudación prevista en 1984, entonces el aumento obtenido por el IRPF será no del 20%, sino del 30% sobre las previsiones de recaudación en 1983, que son inferiores en 90.000 millones a las previsiones iniciales para este año. Lo mismo sucede con los impuestos de sucesiones y patrimonio. En este último, si bien el aumento entre presupuestos es del 16,8%, lo presupuestado para 1984 supera en un 68% a lo que se estima se va a recaudar en 1983. El tratamiento que se da a estas tres figuras va a representar, de no corregirse, un importante deterioro en el ahorro y, por consiguiente, en las ya muy bajas expectativas inversoras".

La opinión de que son también "un atentado contra la competitividad de nuestra economía" se explica en las nuevas elevaciones de los tipos del impuesto sobre tráfico de empresas (ventas), transmisiones patrimoniales y especiales (lujo y petróleos, sobre todo).

Indica, al respecto, que en el ITE se prevé un incremento recaudatorio del 42,3%, sin que al mismo tiempo se practiquen los correspondientes ajustes en la desgravación fiscal a la exportación y con peligro de dejar también a las empresas indefensas ante la competencia interior, "de forma que en muchos casos será imposible la repercusión al consumidor final de estas elevaciones".

Según la CEOE, no es cierto que tales aumentos se compensen para las empresas mediante la reducción en punto y medio de los tipos de cotización a la Seguridad Social. "Porque", dice, "la elevación de la base máxima (14%) y mínima (9%) en el régimen general y los fuertes incrementos aplicados en determinados regímenes especiales (agrario y autónomos) compensan sobradamente para el conjunto del sistema aquella reducción en el tipo".

La valoración más novedosa, sin embargo, puede encontrarse en que los presupuestos "penalizan el esfuerzo laboral bajo el tópico de que los salarios bajos son la única vía de solución a nuestros problemas de descapitalización empresarial y baja competitividad".

Quien a lo largo de su existencia ha predicado -la necesidad de moderar los costes laborales como mejor modo de no perder competitividad y no penalizar el empleo, dice ahora que, "si se pide a las personas que trabajan un sacrificio salarial", no se puede "al mismo tiempo y sin graves efectos nocivos elevar los impuestos a niveles confiscatorios" ni aumentar las transferencias a las unidades no productivas "por encima de las posibilidades reales del país".