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El escritor italiano Mario Soldati presenta en Madrid su obra cinematográfica

El escritor y cineasta italiano Mario Soldati ha permanecido unos días en España, con objeto de asistir al estreno de Don Quijote, de Maurizio Scaparro, en el Festival de Almagro (Ciudad Real), y presentar algunas de sus películas en el ciclo que le ha dedicado el Instituto Italiano de Cultura, en Madrid (Mayor, 86), donde hoy, a las ocho de la tarde, se proyecta La provinciale (1953), y mañana se clausura con Policarpo ufficiale di scrittura (1958). El ciclo se completó con otras seis películas, casi todas inéditas en las pantallas españolas.

Las películas La chaqueta verde (1983), donde es guionista, con dirección de Franco Giraldi; Pequeño mundo antiguo (1941), Malombra (1942), Quartieri alti (1943), La miseria del señor Travet (1946) y Fuga en Francia (1948) han sido proyectadas en el ciclo.Soldati, nacido en Turín en 1906, cursó Filosofía y Letras en la universidad de esta ciudad, licenciándose en 1927. Perfecciona sus estudios poco después en el instituto superior de Historia del Arte de Roma. Desde 1929 a 1931 reside en Nueva York y continúa estudiando, en la universidad de Columbia. De vuelta a Italia, inicia su actividad cinematográfica compaginándola con la dedicación a la literatura. "Tuve que dedicarme al cine para poder vivir, porque en la época del fascismo en mi país no podía ejercer de profesor ni de periodista, y eso que también controlaban y censuraban los guiones de cine, pero no tanto a los cineastas".

Por segunda vez visita este viejo socialista nuestro país. La primera vez que pisó suelo español fue en el verano del año pasado, con motivo del Mundial, que cubrió informativamente para el diario Corriere de la Sera. En años anteriores, con Franco en el poder, el intelectual italiano rozó en crucero en varias ocasiones, sin bajarse nunca, algunas costas españolas (Palma de Mallorca, Málaga, Valencia). Y ahora refiere con su peculiar gracia aquellos momentos en que desde el barco profería gritos e insultos contra la Guardia Civil ante el asombro del capitán del barco que le increpaba, asustado: "Tenga cuidado, que son soldados".

Director de 31 películas, Soldati comenta apesadumbrado cómo se siente desaprovechado como guionista en el mundo del séptimo arte, ya que las productoras italianas nunca confiaron en él como escritor. Únicamente La giatta verde (La chaqueta verde), dirigida por su amigo Franco Giraldi, está basada en una novela suya. "Es un filme" ha comentado, "más cercano a mí mismo que todos los que yo he dirigido".

Es también autor de unas 20 obras literarias, entre poemas novelas, cuentos y relatos (El actor, Cartas de Capri, La esposa americana, Novelas para el invierno, etcétera), buena parte de ellas traducidas y editadas en nuestro país.

Dos constantes, según su propia confesión, subyacen en casi toda su obra literaria: la espiritualidad religiosa, serena, concebida como una liberación de la superstición, y el eterno conflicto entre el amor y la amistad, en el que toma partido por esta última. "La amistad es un amor más alto y profundo que el amor mismo", asegura, "es el verdadero amor". Y continúa afirmando que "el amor sexual quizá sea tan fuerte justo porque traiciona a la amistad, se opone a ella".

Amigo y admirador de Pasolini, Moravia y Pavese, entre sus compatriotas, Soldati se descubre ante las películas de Chaplin y Keaton.

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