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La arquitectura "espontánea y sincera" de Fernández del Amo se expone en el Museo de Arte Contemporáneo

Una exposición antológica de 40 años de obras y proyectos del arquitecto José Luis Fernández del Amo (Madrid, 1914), que a través de planos, fotografías y maquetas recoge la trayectoria profesional de uno de los arquitectos más importantes de la posguerra, se inaugura hoy en el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC). La muestra refleja, según su autor, "una arquitectura muy asequible, anónima, espontánea y sincera".

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Como en un taller medieval

La antológica del arquitecto José Luis Fernández del Amo, que estará abierta en el MEAC hasta finales de octubre, comprende los trabajos realizados entre 1942, cuando obtiene el título e ingresa en Regiones Devastadas, y 1982, con sus últimas colaboraciones en proyectos antes de jubilarse. El recorrido visual de su obra se agrupa en bloques dedicados a la arquitectura de los pueblos de colonización, la arquitectura y el urbanismo, la arquitectura religiosa, de la función pública y de la vivienda. No se recogen su vinculación a artistas y movimientos pictóricos, la creación y dirección del Museo Español de Arte Contemporáneo en 1952, participación en cursos de arte y exposiciones y su labor profesoral en la escuela de Arquitectura de Madrid.En los paneles aparecen sus trabajos más significativos, cuyos planos y fotografías se han podido reunir tras una difícil búsqueda, donde figuran los pueblos de colonización (Vegaviana, Villalba de Calatrava, Cañada de Agra, San Isidro de Albatera); los conjuntos del barrio II de Moratalaz, de Madrid, y la Casería de Montijo, en Granada; la capilla del seminario hispanoamericano, en Madrid; el club náutico de la urbanización Campoamor, en Alicante, y viviendas en la urbanización de Santo Domingo de Algete (Madrid).

"La exposición es muy asequible", declaró ayer Fernández del Amo, "ya que mi arquitectura no es de grandes descubrimientos ni fantasías, sino que está ligada a esa arquitectura anónima y espontánea de nuestros pueblos, donde he intentado aprender su aspecto funcional y su sinceridad, que responde a la necesidad del hombre y de la vida actual. Los cinco años que pasé en Regiones Devastadas y el contacto con los pueblos españoles ha sido capital en mi obra, que después vuelco en mis trabajos de colonización, donde concibo nuevas ordenaciones que son relativamente originales. El caso más conocido es el pueblo de Vegaviana (Cáceres, 1954), con un reconocimiento internacional".

En la actualidad, estos asentamientos de colonos de los años cincuenta han respondido a los planteamientos urbanísticos, pero según su creador ha fallado la sucesión de los propietarios y los sistemas administrativos, con un gran deterioro en algunos de ellos.

Fernández del Amo prefiere no entrar "en la lucha de tendencias" y afirma que ha mantenido una postura de "arquitectura ejemplar desde una posición ética y moral, más que una definición de estilo. En lugar de un concepto, mi arquitectura procede de la vida y del servicio a la realidad y a las necesidades del hombre. Creo que la creación parte de la vida. Mi filosofía del arte es entender el arte como trascendencia. El hombre desde que hace el gesto de la creación artística participa en la creación universal. Toda obra de arte es revelación. No hay artistas de una u otra ideología; el artista hace revelación por el solo hecho de hacer arte".

Ya jubilado, el arquitecto espera tener tiempo y paciencia para poner en limpio "un arsenal tremendo de escritos y papeles". Junto a los proyectos y edificios quedan conferencias, cursos y el testimonio personal de una etapa importante de la cultura española.

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