El certamen va por barrios
El cine ha desbordado estos días los ámbitos oficiales del Festival Internacional y se ha extendido a una treintena de pueblos y ciudades vascas. Más de 30.000 personas, en su mayoría guipuzcoanas, acudieron el pasado año a las proyecciones y coloquios que organiza la sección Barrios y pueblos. El festival conecta así con la ciudad y la provincia, cumpliendo el objetivo obligado de ofrecer a la población guipuzcoana niveles de calidad cinematográfica de que carece durante el resto del año. El cine de Bertolucci, Fassbinder, Fellini, Buñuel, Wajda, Chaplin, Truffaut, Resnais, y algunas de las más gratificantes novedades del certamen, se pasan estos días por Guipúzcoa, determinadas zonas de Vizcaya y Navarra y llegan incluso a la cárcel provincial de Martutene, donde se celebra una semana cultural organizada por la Asociación de Defensa contra la Droga.Barrios y pueblos cuenta con un presupuesto de cuatro millones de pesetas, cifra que los responsables de la sección consideran insuficiente para poder afrontar los precios que las distribuidoras y exhibidoras exigen por proyección. Además de las películas de la sección oficial que esporádicamente consiguen recuperar, la sección se nutre fundamentalmente de los otros apartados del festival y especialmente de los Nuevos realizadores. El precio de las entradas ha sido fijado en 150 pesetas. Medio centenar de películas y 170 proyecciones en 40 puntos distintos de la geografía vasca componen el programa de esta sección.
Para ahorrarse el pago a las distribuidoras, que absorben buena parte del presupuesto, el equipo de Barrios y pueblos pretende que los productores acepten, en el momento de formalizar el contrato con el Festival Internacional de Cine, que sus películas sean proyectadas gratuitamente fuera del escenario oficial del certamen. Este planteamiento tropieza directamente con el reglamento que establece la propia FIAPP y es rechazado por la dirección del festival donostiarra. La sección Pueblos y barrios, cuyo equipo organizativo está compuesto por miembros de las asociaciones de vecinos y de los cine-clubes vascos, pretende que su presupuesto sea ampliado en cinco millones de pesetas para crear un circuito estable que posibilite la proyección de películas a lo largo de todo el año en las poblaciones vascas.
Babelia
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