Unanimidad para los nuevos realizadores Zorrilla y Marc Didden
ENVIADO ESPECIAL
La sección paralela de los Nuevos Realizadores, única en la que el Festival de San Sebastián puede conceder sus premios, ha seleccionado con mejor criterio que la Sección Oficial 15 películas, algunas de las cuales crearon amplias discusiones entre los miembros del jurado, aunque no precisamente porque surgiera ese título distinto, esa película original y arriesgada que cabe esperar en una sección que fomenta el talento de los nuevos cineastas.
Pero ni Sam Fuller, Monte HelIman, Paco Ignacio Taibo, Graciela Borges, Ángel Lertxundi ni yo, que componíamos el jurado, lo consideramos como una limitación, y, enseguida, nos entusiasmamos con El arreglo, la primera obra del español José Antonio Zorrilla, aunque algún miembro del jurado creyera que valorábamos fundamentalmente su novedad en la denuncia de ciertos resortes policiales españoles. El arreglo, no obstante, tiene otros valores: Parte de una narración respetuosa con el género negro pero con una visión actualizada de sus claves. Tiene pulso, y ello es raro en películas de primerizos.
Fue un voto unánime, como todos, en cuya discusión surgió la clarísima competidora de El arreglo, a película belga Bruselas de noche, de Marc Didden, un cineasta de 35 años que ya había recibido el Premio del Estado por este guión, lo que no deja de ser extraño, ya que su principal valor son las imágenes: La breve trayectoria de Max, un habitante de barrios periféricos, que deambula durante una noche por Bruselas, atormentado por la forma de vida que se le impone o por secretos más íntimos, pero en todo caso, frustrado por el suicidio que intentó al principio del filme, permite contemplar otros personajes marginales y el decorado sórdido de una ciudad, que se disfraza durante el día.
Intérpretes
Un documento, por tanto, de la frialdad de la vida humana y de la soledad de quienes la soportan. El héroe, que ha traspasado ya el mundo de las convenciones y pide una muerte que no sabe darse, está espléndidamente interpretado por François Beulelaers, pero en el jurado no se le tuvo en cuenta porque asaltaban otras provocaciones: Por un lado, la de Fernando Fernán Gómez, dirigido por José Sacristán en Soldados de plomo junto a la del actor argentino Ulises Dumont, por su trabajo en Los enemigos, de Eduardo Calcagno y, por otro, la de la actriz italiana Michela Mioni, que interpreta a la joven drogadicta de Amor tóxico de Claudio Caligari.Ulises Dumont obtuvo junto a ella las menciones a los mejores intérpretes relegando a Fernán Gómez que sólo tiene un trabajo secundario en Soldados de plomo, película que, por otra parte, obtuvo en las deliberaciones del mismo jurado el premio Néstor Barrenechea a la mejor fotografía, obra de José Antonio Ruiz Anchía. Y ya se había repartido el premio principal, dotado con un millón de pesetas, entre los directores de El arreglo y Bruselas de noche. La lectura del palmarés ante los periodistas fue aplaudido y no hubo una sola intervención en su contra. Creo que fue justo.
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