La sección Nuevos Realizadores remonta el vuelo
En estas primeras jornadas del festival, la sección dedicada a los nuevos realizadores despunta ya una personalidad nueva, distinta al papel secundario que se le asignó en anteriores ediciones. Es una impresión que empieza a cuajar hasta hacerse evidente en un momento en que la calidad de las películas de la sección oficial desciende en picado hasta rozar los fondos permisibles del festival.Nuevos, Realizadores reúne este año a más críticos y aficionados que nunca, y ha ofrecido ya sus primeras sorpresas con El arreglo, de José Antonio Zorrilla; Los enemigos, del argentino Eduardo Calcagno, y la labor de dirección realizada por José Sacristán en Soldados de plomo.
Más de 100 críticos e informadores participan en algunos de los coloquios que siguen a la proyección de las películas, y diariamente se suceden las conferencias de prensa de los nuevos realizadores y de los protagonistas de estas películas, entre los que sobresalen nombres como Harvey Keitel, Ulises Dumont, Patrick Bauchau o Brigitte Fossey. Se diría que la sección se revaloriza con el apoyo organizativo de un festival que, ahora sí, empieza a reconocerse también en este apartado.
Por otra parte, el alcade de la ciudad, Ramón Labayen Sansirenea, inauguró ayer tarde el Festival Internacional de Vídeo minutos antes de que se presentara una obra sobre Buñuel, realizada en soporte cinematográfico por Paco Ignacio Taibo.
El domingo los miembros de la Federación Europea de Realizadores Audiovisuales (FERA) acordaron en su última jornada de trabajo organizar anualmente una manifestación cinematográfica en la que se proyectarán las películas europeas más representativas. Los asistentes al congreso de la FERA aprobaron, asimismo, potenciar la Asamblea Anual de Realizadores, a celebrar en Madeira (Portugal) la segunda quincena de octubre.
La experiencia de Sacristán
La experiencia de haber actuado en 90 películas no impide que José Sacristán, actor y ahora también director, se enfrente con ansiedad y nerviosismo al estreno de su primer largometraje, Soldados de plomo; que se estrenó ayer en la sección Nuevos Realizadores. Sacristán ha cumplido así el viejo sueño que ha acariciado desde que se inició como actor. "Sí, ya en mi primera película empecé a observar la labor de los directores; no me he decidido hasta ahora porque, al margen del miedo al fracaso, temía también poner en peligro mi condición de actor".
José Sacristán se decidió finalmente a afrontar el reto de la dirección empujado por una circunstancia inesperada: la persona que iba a realizar Soldados de plomo decidió apartarse del proyecto y propuso a José Sacristán la dirección de la película. "Tuve que desarrollar el guión en colaboración con el propio Eduardo Mendoza y después buscar productora. El rodaje ha sido algo apasionante por el ambiente cordial en que hemos trabajado a lo largo de estas cinco semanas. La experiencia del rodaje ha sido espléndida y todavía la estoy viviendo. La película ha sido muy bien acogida en Buenos Aires, donde se estrenó hace unas se manas, y ahora estoy pendiente de esta segunda confrontación con el público".
A la pregunta de si en el caso de haber podido elegir hubiera optado por una obra de Eduardo Mendoza como soporte argumental de su primera película, José Sacristán responde: "No sé, pero el relato de Eduardo me ha permitido distanciarme de mis propias pasiones personales y trabajar con un rigor mayor".
El actor americano Harvey Keitel
Harvey Keitel, el actor americano consagrado en obras de Scorsese, Coppola, Tavernier y Costa. Gavras, presenta en San Sebastián una película que, sorprendentemente, ha sido rodada por un nuevo realizador, el francés Jean Louis Leconte. Une pierre dans la bouche, título del filme, desarrolla un tema clásico de la historia de la literatura y el cine: un personaje irrumpe en un ambiente determinado; dos actitudes se enfrentan y finalmente la confrontación deriva en complicidad.
Keitel, "el más europeo de los actores americanos", aceptó el papel de protagonista, atraído por la soledad, la alienación "y por esos niveles tan particulares dé la existencia" que afloraban en el guión. "Decidí trabajar con un nuevo realizador sencillamente porque vi que Jean Louis Leconte tenía ideas interesantes. Me sentí impresionado por el sentimiento de soledad que embarga a mi personaje, el fugitivo, y por la forma en que el otro protagonista desdeña las diferencias culturales, técnicas o morales".
Harvey Keitel, protagonista en obras como Alice n'habite plus ici, Taxi driver, Mean streets, y La mort en direct, dedica palabras elogiosas a Jean Louis Leconte, director y productor de Une pierre dans la bouche. "Él es muy comprensivo y paciente y nos hemos entendido muy bien, sin que eso quiera decir que hemos estado siempre de acuerdo; yo creo que es importante comunicarle al otro tu propio punto de vista".
El director de Une pierre dans la bouche tiene 35 años,y ha rodado anteriormente un largometraje, Saleurs dete, y varios documentales. Afirma que ejercer simultáneamente las funciones de realizador y productor es algo verdaderamente agotador, que en contrapartida le permite, sin embargo, un control mucho más efectivo del proceso de la película.
Es la primera vez que ha dirigido a un actor como Harvey Keitel, y la experiencia le ha resultado sumamente provechosa. "Harvey Keitel posee una violencia muy contemporánea y siempre me pareció el intérprete ideal para mi película. Creí que era inaccesible, pero tuve suerte al coincidir con él en París. Para mí la diferencia entre un actor francés y uno americano es que el primero nada más terminar de actuar pregunta si ha estado bien, mientras que el segundo me dice: ¿Mi trabajo ha servido?".
Jean Louis Leconte piensa ya en la realización de un nuevo largometraje, mientras que el actor americano se dispone ahora a rodar, bajo la dirección de Scorsese, la película La última tentación de Cristo, en la que interpretará el papel de Judas. Recientemente ha trabajado junto con Ángela Molina en La bella Otero, una coproducción de las televisiones europeas.
Babelia
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