Pinochet quiere convertir en plebiscito el 10º aniversario del derrocamiento de Allende
De forma obsesiva y machacona, las emisoras de radio y televisión han invitado a todos los chilenos que "quieren democracia, justicia y libertad a acompañar al presidente" en el acto multitudinario de apoyo a su régimen que la Junta Militar organiza hoy, domingo, en el centro de Santiago para conmemorar el décimo aniversario de la liberación nacional, es decir, del golpe de Estado militar que el martes 11 de septiembre de 1973 derrocó al régimen constitucional del presidente Salvador Allende.
IGNACIO CEMBRERO, ENVIADO ESPECIAL, Santiago
M.,
Poco antes, el presidente, general Pinochet, anunciará en un discurso a la nación importantes medidas destinadas a sanear la economía de un país que padece su peor crisis en este siglo, mientras la situación política permanece bloqueada, tras la negativa de la Alianza Democrática, coalición que reagrupa a las principales fuerzas de la oposición, a proseguir el diálogo con el Gobierno con vistas a una hipotética restauración de la democracia en Chile.La tarde del viernes fue un anticipo de lo que será hoy la concentración progubernamental en la Alameda (la versión santiaguina de la Castellana o la Diagonal). Traídos en autocares desde remotas provincias, perfectamente encuadrados y protegidos por miles de carabineros, unos 25.000 chilenos, mujeres uniformadas afiliadas a organizaciones de beneficencia, funcionarios públicos bien trajeados, algunos jóvenes y hasta un grupo folklórico de la isla de Pascua desfilaron durante cinco horas por la céntrica avenida de la capital. Desde el llamado Altar de la Patria, contemplaba "emocionado" el espectáculo, según sus palabras.
La muchedumbre agitaba su retrato al tiempo que, sin demasiada convicción, coreaba eslóganes como "Pinochet, Pinochet, el que manda es usted", "Ahora más que nunca estamos con la Junta", "Olé, olé, olá, este Gobierno seguirá" ' o "Zaldívar, Valdés" (dirigentes democristianos), "al exilio otra vez". Al final, algunos jóvenes acabaron cantando al jefe del Estado cumpleaños feliz en vísperas de este décimo aniversario.
Mientras Lucía Hiriart, primera dama de la nación, abogaba desde la tribuna por la creación de "un gran movimiento femenino de apoyo al Gobierno", su marido, Augusto Pinochet, justificaba el autoritarismo de su régimen declarando que "si abrimos la mano, pues bien, la apertura, y ahí están las consecuencias, con muertos y heridos".
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El ministro chileno del Interior afirma que 200 corresponsales extranjeros han acudido a presenciar la caída del régimen
Viene de la primera páginaAparentemente satisfecho por el éxito de la concentración organizada por el poder, el ministro del Interior y hombre fuerte del régimen, Sergio Onofre Jarpa, no se privó de afirmar ante la Prensa internacional concentrada al pie del Altar de la Patria: "Aquí han venido más de 200 corresponsales extrajeros a ver la caída del Gobierno, pero lo que han visto es que éste es un Gobierno de todos los chilenos y está apoyado por toda la gente de corazón bien puesto".
Pero esos mismos corresponsales extranjeros podían contemplar cómo, a menos de 500 metros de la tribuna presidencial, otros chilenos de corazón no tan bien puesto desafiaban a las fuerzas de orden público organizando contramanifestaciones en puntos neurálgicos de la capital, mientras muchas poblaciones de los suburbios se autodeclaraban, por segundo día consecutivo, territorios liberados, impidiendo el acceso a sus callejuelas a los carabineros.
Cuando intentaron hacerlo con tanquetas, hubo más de 40 heridos, 10 de ellos de bala. El balance definitivo de víctimas de la quinta jornada de protesta convocada por la oposición, la del jueves, asciende, por otra parte, a cinco muertos.
Los enfrentamientos con las fuerzas de orden público se desarrollaron en una total oscuridad: la voladura intencionada de un cable de alta tensión dejó sin luz a todos los suburbios de Santiago, e incluso las cadenas de televisión se vieron obligadas a interrumpir momentáneamente sus programas. Valparaíso, la segunda ciudad del país, y Viña del Mar sufrieron apagones provocados.
La suspensión del diálogo
La violencia contra los manifestantes antigubernamentales no corre sólo a cargo de los carabineros, sino de las fuerzas parapoliciales. Éste fue uno de los motivos por los que la Alianza Democrática suspendió el diálogo entablado el pasado mes en el arzobispado con el ministro del Interior.
El líder de la coalición de la oposición, el democristiano Gabriel Valdés, acusó a Sergio Onofre Jarpa de "propiciar la formación de grupos paramilitares", creando así las condiciones para que genere una guerra civil.
Más allá de estos graves reproches puntuales, Alianza Democrática intenta presionar al régimen con esta decisión espectacular para que presente un calendario que establezca un itinerario definido y con fechas para el restablecimiento de la democracia, lo que el ministro Sergio Onofre Jarpa se negó a hacer en las dos primeras reuniones que mantuvo en agosto con los responsables del ala moderada de la oposición.
Tanto el propio Pinochet, el jueves, como el ministro del Interior, el viernes, hicieron sendas declaraciones en las que confirmaron que el actual jefe de Estado permanecería en el poder hasta dentro de seis años, plazo previsto por la Constitución que entró en vigor en 1981.
"La afirmación del general Pinochet", dijo Gabriel Valdés, "quien insistió en que se mantendrá en el poder hasta 1989, y las últimas declaraciones del ministro del Interior hacen muy difícil que se continúe un diálogo sin sentido".
"El Gobierno", añadió, "debe presentar una agenda o calendario con pasos definidos hacia el retorno de la democracia". "No la queremos para 1989 ni aceptamos que sea protegida".
La hija de Frei
Por su parte, Carmen Frei, hija del ex presidente Eduardo Frei, denunció ayer una serie de provocaciones, amenazas y agresiones contra su casa por parte de los seguidores del Gobierno chileno del general Pinochet.
Carmen Frei, ex alcaldesa del municipio de Santiago de Chile, señaló que grupos de civiles en vehículos habían llegado en actitud agresiva hasta su domicilio, en el cual permanecía enferma su madre, María Ruiz Tagle, viuda del ex presidente chileno.
La hija de Frei señaló igualmente que su hija, María Pía, se salvó providencialmente de ser atropellada por uno de los vehículos.
Más información en páginas 35 a 38
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