_
_
_
_

El Gobierno chileno afirma estar dispuesto a retirar la fuerza publica de las manifestaciones

El Gobierno del general Pinochet está dispuesto a retirar la fuerza pública de las calles chilenas si en las futuras manifestaciones de protesta los líderes políticos que las encabezan se hacen responsables de sus consecuencias. La oferta fue formulada ayer por el ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, quien en los últimos días se ha transformado virtualmente en un primer ministro, mediante anuncios de diálogo y apertura con la oposición política.

Hasta ahora no se tiene noticia de una respuesta de los dirigentes de la alianza antipinochetista a la propuesta, que permitiría eliminar el despliegue de 18.000 hombres armados que el Gobierno dispuso en Santiago para reprimir sangrientamente la última manifestación contra el régimen.Jarpa dijo también que no ve inconvenientes en que el líder democristiano Andrés Zaldívar instale en Chile la sede de la Unión Mundial Democristiana, iniciativa a la que recientemente se había opuesto el general Pinochet. Zaldívar, que actualmente se halla exiliado en Europa y ostenta la presidencia de la internacional democristiana, anunció su regreso a Chile para el próximo 3 de setiembre.

En relación con el reciente llamamiento del Proden (Proyecto de Desarrollo Nacional) y su posible petición de ayuda a España para solucionar la democratización chilena, Jarpa declaró que sin juzgar intenciones, en principio no me parece conveniente para el país que intervengan extranjeros en los asuntos internos".

En Santiago han vuelto a producirse enfrentamientos entre estudiantes universitarios y fuerzas de la policía. Unos 200 estudiantes de Derecho de la universidad de Chile (la principal del país) acudieron a una manifestación pacífica frente al consulado de EE UU, en la que protestaron -según explican en una carta que inútilmente intentaron entregar al cónsul- por la tibia actitud que ha tenido el Gobierno de Reagan ante la dictadura chilena.

'Cuchareo'

Poco más tarde, centenares de alumnos de otras sedes universitarias protagonizaron un cuchareo (sonar de cucharas) en los comedores de sus facultades, protestando por la subida del 50% del precio del almuerzo.

Por último, en una importante biblioteca universitaria numerosos grupos de estudiantes fueron reprimidos por la policía cuando quemaban una efigie de trapo pidiendo la dimisión de los recto res designados por el Gobierno.

Dentro de este marco, un grupo de médicos designados por la asociación de Santiago ha denunciado públicamente la dureza de la represión policial durante el pasado día 11, afirmando que ésta había sido llevada a cabo con una "brutalidad, sadismo y encarnizamiento inusitados". Los médicos afirman en su documento que es posible que numerosos soldados y policías hayan actuado bajo el efecto de drogas que producen la pérdida de los sentidos y el desencadenamiento de los instintos".

El jueves y viernes pasados, al menos 24 personas resultaron muertas y más de 100 fueron heridas durante la jornada de protesta convocada por la oposición.

Este grupo de profesionales denunció varios casos de violaciones y otros abusos realizados por las fuerzas armadas 3, mostraron fotografías que testimoniaban el tipo de heridas recibidas por los manifestantes. En una de ellas se apreciaban las quemaduras de un hombre al que las fuerzas policiales obligaron a sentarse sobre las fagatas de protesta. A otros les obligaron a apagar el fuego con las manos y pies descalzos.

El cardenal Raúl Silva Heriríquez, ex arzobispo de Santiago, ha dicho que nunca se imaginó "que los derechos humanos serían tan conculcados en nú país como ocurre bajo el Gobierno, del general Pinochet".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_