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El acuerdo pesquero, pendiente de las decisiones políticas de los Gobiernos de Madrid y Rabat

Las delegaciones marroquí y española que negocian en Rabat el acuerdo de pesca y cooperación decidieron ayer redactar un documento final que incluye los puntos de acuerdo y los que aún quedan abiertos, que someterán hoy mismo a sus respectivos Gobiernos para que sean estos los que tomen la decisión política que, según los negociadores, es lo que ya se precisa para concluir este acuerdo.

Según el embajador español, Raimundo Bassols, las dos delegaciones han considerado que han llegado tan lejos como podían llegar, y que ahora se necesita consultar a nuestros respectivos Gobiernos para la decisión final. Ayer tuvieron lugar dos reuniones de la delegación española con el ministro de Asuntos Económicos, Taieb Bencheij, y por la tarde el director de relaciones económicas internacionales, Carlos Blasco, y un representante del Ministerio de Comercio se reunieron en una sesión de trabajo con directivos del Banco de Estado de Marruecos, para tratar de los temas financieros que implicará el acuerdo.Aparte de las contrapartidas financieras que España solicita, la delegación española planteó a la marroquí la refinanciación de la deuda de Marruecos con España, que se eleva a un total de 165 millones de dólares, de los cuales 13 millones corresponden a ventas de barcos, 150 millones son deudas relacionadas con los fosfatos de Bu-Craa, un millón se refiere a la incautación de bienes españoles, y otro millón a la incautación de la compañía Electras Marroquí.

Ayer tuvo lugar otra reunión entre expertos en cuestiones de pesca, en donde se discutió de nuevo los diámetros de las mallas y de las artes de pesca en general, así como de la posibilidad para los pesqueros marroquíes de desembarcar pescado en los puertos del sur de España, y de cooperación hispanomarroquí para el tratado conjunto de terceros mercados.

Un cierto optimismo

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Ambas delegaciones, por primera vez en todos estos días de negociación parecen demostrar un cierto optimismo, y ambas estiman que con la suficiente voluntad política y cediendo cada cual un poco, creen que el acuerdo se podrá firmar en breve. La delegación española regresa hoy a Madrid, porque se estima que su presencia ya no es necesaria, ya que cuando la respuesta del Consejo de Ministros, tanto marroquí como español, llegue, la discusión final podrán llevarla a cabo solos el embajador de España, Raimundo Bassols, y el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Taieb Mencheij.

En cualquier caso, y como esta consulta a los respectivos Gobiernos va a suponer una nueva espera de algunos días en la negociación, el embajador de España, Bassols, aseguró a EL PAÍS que ello no afectará para nada a los pesqueros españoles, que podrán seguir faenando tal como han venido haciéndolo hasta ahora, en virtud del compromiso marroquí firme de que la pesca no sea interrumpida mientras duren las negociaciones.

Aunque no se tienen detalles directos de las negociaciones, los puntos de controversia que presumiblemente han quedado abiertos conciernen a los siguientes puntos: primero, a las ventajas de seguridad que anulan el banco sahariano para la pesca y que Marruecos, hasta ahora, no ha contemplado eliminar, y segundo, la ayuda financiera, que incluído el crédito de Estado a Estado, se elevará a unos 513 millones de dólares (77.000 millones de pesetas), y que Marruecos desea disponer en su mayor parte en el primer año, la distribución del pago del aumento de los cánones proporcionalmente en los cuatro años que durará el acuerdo, mientras que Marruecos desea que el 75% del aumento sea pagado el primer año.

En las dos últimas sesiones los negociadores han hablado, además de pesca, que era donde estaban las principales dificultades, de cooperación, que es el segundo aspecto de esta negociación y que comprende el transporte, incluido el tránsito de los agrios marroquíes por territorio español, en donde tal vez se llegue a un acuerdo más o menos simbólico, y los acuerdos sobre transporte marítimo, que implican el compromiso del Gobierno español de suscitar el interés de sus armadores para que se reúnan y discutan este asunto, que concierne el reparto de las cargas y pasajeros por el Estrecho, directamente con los armadores marroquíes.

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