Un obispo chileno pide el fin de la tortura y la vuelta de los exiliados

El obispo de Talca (260 kilómetros al sur de Santiago), Carlos González, pidió el pasado sábado, en una carta pastoral, la supresión de la tortura en Chile y el retorno al país de todos los exiliados. La carta fue leída en todas las iglesias de esta provincia agrícola chilena, y en la misma el prelado hacía suyo el llamamiento del papa Juan Pablo II de hace unos días. Por su parte, el arzobispo de Santiago, Juan Francisco Fresno, en su homilía dominical pidió a los ciudadanos chilenos que emprendan el "camino de la reconciliación nacional".El obispo de Talca reclamó el fin del estado de excepción en el país, y al pedir el regreso de los exiliados recordó el derecho de todos los chilenos a vivir en su país.

Hasta ahora las autoridades han permitido el retorno de 622 personas, en tanto que el número de refugiados chilenos -en Estados Unidos y Europa, sobre todo- varía entre 70.000, según la Iglesia chilena, y 200.000, según las estimaciones de la Comisión de Derechos Humanos.

En cuanto a la homilía del arzobispo de Santiago, incluía un párrafo en el que se afirmaba que "hoy, más que nunca, debemos perdonar y tomar el camino de la concordia y la reconciliación. Es por ello por lo que el Santo Padre se ha dirigido a nosotros". El prelado insistió en la necesidad de una profunda reflexión sobre el mensaje papal, que ha sido considerado por el episcopado chileno como un apoyo claro al trabajo desarrollado en el curso de los 10 últimos años. En el mensaje papal se invocaba el "malestar y las tensiones que deben superar los chilenos" y se hacía una invocación al diálogo y a la búsqueda de "respuestas positivas a las situaciones y a las posiciones de violencia".