Felipe González finalizó su estancia en Estados Unidos con un mensaje de confianza a los inversores norteamericanos
Ganada la "confianza" política en Washington, frente a la administración del presidente Ronald Reagan, el presidente del Gobierno español, Felipe González, mantuvo importantes reuniones con medios económicos en Nueva York destinadas a ganar también la confianza en materia económica. La última jornada de la gira de cuatro días por tierras americanas se saldó con encuentros con empresarios, banqueros y hombres de negocios junto a un almuerzo organizado por la Cámara de Comercio hispano-americana y una cena de trabajo ofrecida por el banquero y multimillonario David Rockefeller, antes de emprender viaje a Madrid, donde Regará a primera hora de la mañana de hoy.
"Se han cubierto positivamente todos los aspectos del viaje", comentó González con aire de satisfacción en su encuentro ante la Prensa española al final del viaje. El balance es positivo, añadió, tanto por haber conseguido los contactos políticos de alto nivel, que por si era ya un objetivo del viaje, como por las previsibles consecuencias de ámbito bilateral, al haber expuesto claramente a Washington la situación de desventaja en que se encuentran las exportaciones españolas. Esta situación se espera que sea corregida cuando se reúnan las comisiones técnicas de trabajo creadas al efecto. Felipe González cree que en la Casa Blanca se siguen con suma atención las propuestas del grupo de Contadora para solucionar la crisis centroamericana, y de lo que habló en extensión durante sus contactos con los dirigentes norteamericanos.A una pregunta sobre si compartía la opinión de un alto funcionario de la Casa Blanca, según el cual españoles comprenderían mejor las ventajas de la OTAN estando dentro de la organización, Felipe González dijo que ojalá sea verdad que los españoles vean tales ventajas, pero que las vean ya, y que sean tangibles; por ejemplo que vean la mejora de la balanza comercial con Estados Unidos, o que no sigan viendo que llevamos seis años para entrar en el Mercado Común, mientras nos metieron en la OTAN en seis meses.
En busca de coincidencias
Sobre el significado de su previsión sobre la probable fecha para la celebración del referéndum sobre la OTAN, Felipe González dijo que sus palabras no tenían un significado especial, a no ser el haberlas pronunciado en la capital que lleva el nombre doride se firmó la creación del tratado de la Alianza.Sus impresiones sobre los contactos mantenidos con banqueros y presidentes de empresas norteamericanas con intereres en España las resumió González diciendo que, como ocurió en otros sitios, -por ejemplo, también en Bonn-, esto puede ser muy útil por la confianza que supone en nuestro proyecto económico. Finalmente, cuando se le preguntó por qué había mostrado tan pocas diferencias con la política norteamericana cuando hablaba en la Casa Blanca, González dijo que no había ido a Washington a marcar distancias, sino a buscar puntos de coincidencia, y que entendía que eso era más positivo para España.
Tanto por el presidente González como por parte de los ministros de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y el de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, parece evidente que, en la estrategia exterior española, el Gobierno socialista quiere dejar muy claro su "fiel" alianza con Estados Unidos, incluso al margen de cuál pueda ser en su día (primavera del 85) el resultado del referéndum sobre la OTAN. Pero en contrapartida, España desea que la Administración Reagan apoye al Gobierno socialista en las lógicas aspiraciones de intentar resolver el contencioso sobre Gibraltar, estimularlas negociaciones para el ingreso de España en el Mercado Común o "moderar" la reivindicaciones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla.
"No hemos pedido oficialmente ninguna mediación pero pensamos recordarle en todo momento a Washington que algo tiene que decir, por ejemplo, en la resolución del caso de Gibraltar", dijo a EL PAÍS un alto funcionario de la delegación de la Moncloa que acompaña al presidente González.
No fue ninguna casualidad que el presidente González decidiera cerrar su rápida gira por Estados Unidos con un "mensaje" de confianza a banqueros, empresarios y comerciarites, sobre los planes económicos del gobierno español.
En su discurso ante unas 1.200 personas en Nueva York, organizado por la Cárnara de Comercio hispario-norteamericána, González repitió los grandes objetivos económicos del gobierno socialista con particular insistencia en la total ausencia de una "política de nacionalidades" y en el respeto de "la libertad de empresa en el marco de una economía de mercado". En relaciones comerciales, recordó que "Estados Unidos es el primer país administrador de bienes de España con 4.357 millones de dólares mientras las exportaciones españolas sólo alcanzan 1.321 millones".
La jornada concluyó con una recepción a la colonia española en la Casa de España de Nueva York, donde Felipe González fue recibido con una ovación multitudinaria antes de acudir a otra cena de negocios con David Rockefeller y em prender viaje de regreso a Madrid con un saldo muy positivo.
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