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Nuevas perspectivas para las culturas castellana y catalana, según Albert Manent

Una nueva perspectiva para las relaciones entre las culturas castellana y catalana se abre una vez que se ha completado el mapa político autonómico español. Esta idea fue expresada ayer por el director general de Difusión Cultural de la Generalitat de Cataluña, Albert Manent, y por Jordi Maragall en el acto de presentación del libro Relaciones de las culturas castellana y catalana, que se efectuó en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, dentro de las actividades culturales de la exposición Catalunya en la España moderna (1914-1983).El libro, publicado por la Generalitat de Cataluña, recoge las ponencias y discusiones de los llamados Encuentros de intelectuales de Sitges, que se celebraron en esta localidad entre los días 20 y 22 de diciembre de 1981. A esta reunión asistieron 60 intelectuales y profesionales de los cien que habían sido invitados por la Generalitat.

En presencia de la secretaria de Estado para Universidades, Carmina Virgili, Jordi Maragall, coordinador de los encuentros, definió el libro que presentaba como "duro y dramático, aunque en algún aspecto desdramatizante". "Nunca se había condensado en un libro", dijo Maragall, "tanto pensamiento, tanta reflexión y tanta emoción".

Para Jordi Maragall, lo principal del documento presentado es que recoge las relaciones "en las que el drama siempre estuvo presente o subyacente, y esto se manifestó en las jornadas". Como salida a esta situación, Maragall habló de la necesidad de comunicación, "comunicación que significa comprensión, entendimiento, posibilidad de conllevar. Debemos eliminar la connotación peyorativa que a veces se le ha dado a la palabra conllevar, aunque signifique, como algunos han señalado -desde Ortega hasta Laín, pasando por Marías-, un conflicto permanente".

Albert Manent, director general de Difusión Cultural de la Generalitat, analizó brevemente la historia de las relaciones culturales entre la cultura castellana y la catalana, y señaló que esta relación siempre había sido mejor precisamente en los períodos republicanos o entre los tiempos que han mediado de una dictadura a otra. "En la posguerra hubo intentos de establecer nuevos puentes entre las dos culturas, pero no fueron muy eficaces".

Según Albert Manent, los encuentros de Sitges se vieron invadidos por los temas políticos, pero esto tiene una explicación política: precisamente estaba subyaciendo la falta de soluciones a determinados problemas políticos del momento. Por eso las propuestas fueron más políticas que culturales. Sin embargo, ahora pueden abrirse nuevas perspectivas, una vez concluido el proceso autonómico general del Estado español, por lo que estamos dispuestos, desde la Generalitat, a patrocinar nuevas conversaciones en Sitges".

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