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El primer domingo de la Feria del Libro de Madrid se presenta como la jornada principal del certamen

Hoy, domingo, es el día D por excelencia de la Feria del Libro, que tiene lugar en el paseo de Coches del Retiro madrileño. Hoy, domingo, se calcula que la asistencia de público va a ser masiva, y también la de escritores que firmarán ejemplares en las casetas: hay, de entrada, una nómina respetable, que va de Juan García Hortelano a lan Gibson, pasando por Fernando Arrabal, Rafael Sánchez Muñoz, Antonio Gala y Francisco Ayala. Hoy, domingo, se entregarán los Premios Nacionales de Literatura correspondientes a 1982, en un acto que será abierto y tendrá lugar en la Real Academia Española.

Hoy, domingo, visitar la feria y ver a los que escriben va a ser un acto de cotidianeidad. Allí estarán, presumiblemente por la mañana, Fernando Arrabal que estrena la ya aplazada El red de Sodoma, el martes. Allí estarán Antonio Gala, Francisco Ayala, entre otros. Pero la feria es todo eso y mucho más. Es ese color verde tierno cayendo oblicuamente sobre los ejemplares pulcramente dispuestos sobre los mostradores. Es el aroma fresco de las pastas saludándote desde la encuadernación. Es el ir de arriba abajo, de un puesto a otro, con avaricia de leer, voracidad de saber.Ayer, sábado, por la mañana, J. A. Labordeta firmó ejemplares de su libro Aragón en la mochila, que es, según propia confesión, un acercamiento a las zonas aragonesas menos conocidas, como la parte oriental, la Ribagorza, en donde se habla catalán, y como el Maestrazgo. Y en donde se glosa un trenecillo antiguo, hoy desaparecido, que iba desde Zaragoza a Utrilla. También hay una parte importante de la obra dedicada a Zaragoza, plaza a plaza, que pretende descubrir la ciudad inédita, la que se esconde detrás de las cuatro tascas que conoce cualquier visitante,

Dice el cantautor que Aragón sigue siendo la gran ignorada del Estado español, y que escribir le gusta quizá más que cantar, pero que esta última actividad tiene una erótica difícilmente superable.

De una caseta a otra van los lectores en busca de su autor. Son, en su mayoría, incondicionales acérrimos que quieren, además del autógrafo, echarse una parrafada con sus ídolos. Hay escritores especiales que tienen un público especial, como el neuro-cirujano y parapsicólogo Jesús María Sánchez Pérez, que firma ejemplares de Bases orgánicas de la percepción extrasensorial, y que es un anciano lleno de anillos que te ilustra acerca de las funciones de los llamados capilares ciegos, y de su invento, el semiógrafo Sánchez Pérez, que sirve para sacar series de radiografías de la circulación cerebral. Este hombre, cuyo reducido público le es absolutamente fiel, te cuenta historias fascinantes, como la del colega suyo que sobrevivió a los campos de exterminio nazis bajándose, por un ejercicio de concentración, la temperatura corporal en dos grados, para evitar perecer por congelación de las materias grasas orgánicas.

Y me dice, tomándome una mano, antes de despedirme: "Creáme, señorita, el sistema arterial no es más que un soporte variable de unas fibras nerviosas que son la antena que nos sirve para emitir y recibir energía". Le prometo que estudiaré a fondo el asunto.

Marginales y 'best sellers'

Un día de estos va a haber que hablar de los marginales de la feria, que bajo el lema del autor al lector venden sus poesías, sus relatos, a pie de caseta o recorriendo laboriosamente el recinto, ornados con sombreros contra el sol y un rictus de paciencia colgando de los labios. Ellos le dan a la feria un cierto tonillo bohemio, que no le viene nada mal.Y hablando de sombreros: ayer por la mañana se produjo una auténtica invasión de viandantes con el cráneo cubierto por vistosos avíos de paja caribeña, que oteaban las paradas en busca de literatura cubana. Eran los visitantes de la exposición Cuba te espera, instalada en los colindantes jardines de Cecilio Rodríguez para estimular el afán de los madrileños para visitar la isla de Fidel. Los sones del grupo de Pello el Afrocán, los muslos de seda de las mulatas que con él bailan, la voz aguardentosa de un cantante de boleros, todo eso está constituyendo, durante tres días -hoy, domingo, el último- un telón de fondo, casi superrealista, a la fiesta de las letras que se celebra a pocos metros. Los cubanos están echando los restos para potenciar el turismo, y eso repercute en la lectura: lo que ocurre es que muy pocos libreros pueden satisfacer la demanda del público, como no sean los de Siglo XXI, que acaban de editar las obras completas de Alejo Carpentier.

Entre lo más vendido, ya que hemos vuelto de nuevo a los libros, está la producción de la recientemente fallecida Mercé Rodoreda, y muy en especial su La plaza del Diamante. Otros best-sellers: La chica del tambor, de John Le Carré, pese a la deleznable traducción, y todo lo de Yourcenar.

El maquillaje de la chica de la casa de brujas

Los organizadores de la zona infantil, que incluye casetas, juegos y miles de cosas relacionadas con la literatura, están exultantes porque el éxito ha desbordado todas las previsiones."La chica que hace de bruja no tuvo que maquillarse las ojeras, porque le bastaba con lo cansada que estaba por el aluvión de niños", me dicen. Y añaden que la caseta de cocina para críos y crías ha sido un éxito, que los chavales de los dos sexos se pasan las horas preparándose zumos, y bebiéndoselos, naturalmente. "Hemos tenido que incrementar el personal. No dábamos abasto", dicen, satisfechos.

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