Francia y Reino Unido: las fuerzas nucleares de la discordia

La cuestión del potencial nuclear de Francia y Reino Unido es uno de los puntos fundamentales en que difieren Oriente y Occidente en las negociaciones sobre limitación de armamentos nucleares. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) insiste una y otra vez en que las fuerzas británicas y francesas son medios estratégicos independientes que no deben compararse con los soviéticos y norteamericanos a efectos de negociaciones entre las dos potencias. Ingleses y franceses hablan del carácter .absolutamente independiente" de sus fuerzas nucleares, y de que están destinadas sólo a asegurar sus "intereses nacionales".Medios estratégicos

Sin embargo, los informes de la Junta de Jefes de Estado Mayor y de la Secretaría de Defensa de Estados Unidos, correspondientes a los últimos años, ponen de manifiesto que el Pentágono invariablemente incluye los armamentos nucleares de sus aliados europeos en el balance de Occidente. En el Libro Blanco del Gobierno británico (1981) se dice que las fuerzas nucleares del Reino Unido son "parte inseparable de los medios estratégicos de la OTAN". El presidente francés ha declarado que su país no vacilará en complementar con sus armas de contención los medios de EE UU.

Son elocuentes por sí mismas medidas tales como la coordinación con el Reino Unido y EE UU en las zonas del mar de Noruega patrulladas por submarinos portacohetes franceses, el actual funcionamiento del sistema conjunto de asegurar el empleo combativo de los submarinos pertenecientes a estos países y la regular participación de las fuerzas navales francesas en las maniobras de la Alianza Atlántica.

Se ha intentado presentar a las fuerzas nucleares británicas y francesas como "muy insignificantes". El Reino Unido y Francia , disponen entre las dos de más de 250 misiles nucleares de alcance medio, comprendiendo los modernos medios con bases en tierra, mar y aire, capaces de llevar centenares de cargas a una distancia de hasta 4.600 kilómetros.

Tal alcance permite batir objetivos en toda la profundidad de la parte europea de la, URSS y, lógicamente, en el territorio de sus aliados del Tratado de Varsovia. Además, en un futuro no lejano, el Reino Unido contará con los cohetes balísticos Trident 2, para instalar en submarinos; cada uno podrá llevar hasta 14 ojivas.

"Las fuerzas nucleares británicas son capaces de causar un daño tan sensible a la URS S que los dirigentes soviéticos deben tomarlas en consideración", resume el Libro Blanco antes mencionado.

El titular de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, subrayó en el informe al Congreso norteamericano en 1983 la capacidad que tienen los aviones ingleses armados con misiles para atacar objetivos en la parte occidental de la URSS.

También las fuerzas nucleares francesas se perfeccionarán en breve. Los cohetes balísticos con bases en tierra S-3 serán sustituidos por los S-4, con siete ojivas de orientación independiente. Lo mismo sucederá con los cohetes balísticos M-4 a bordo de submarinos.

A menudo se esgrime el argumento de la independencia de los arsenales nucleares ingleses y franceses, y que EE UU no conoce sus planes de utilización.

Frente a esto cabe mencionar, por ejemplo, que ya en 1979 la comisión especial del Parlamento británico para los armamentos nucleares señaló que los blancos de los misiles británicos se realiza a través del mecanismo conjunto de selección de objetivos que la OTAN tiene en Omaha (Estado de Nebraska, EE UU). Es difícil creer que Washington no sabe lo que pasa en esta ciudad

Igualdad y seguridad

Vista en su conjunto, la situación es la siguiente: a la Unión Soviética y a los demás países del Tratado de Varsovia se les opone en Europa occidental un poderoso arsenal de armas nucleares de la OTAN, cuyo componente inseparable son los armamentos de Francia y Reino Unido. La pretensión de dejar de lado estos arsenales en las conversaciones sobre limitación de armamentos, queriendo comparar el potencial soviético únicamente con el norteamericano en Europa, supone no atenerse al principio fundamental que debe regir las negociaciones sobre armamentos: el principio de igualdad y seguridad equitativa de las partes