El FORPPA quiere reducir el número de cepas

"Actualmente sobran cepas y hay que arrancarlas, para lo que es necesario fijar condiciones, fechas y plazos. También es preciso cambiar el vigente esquema de intervención en el mercado del vino", ha manifestado Julián Arévalo, presidente del Fondo de Ordenación y Regulación de Precios Agrarios (FORPPA), en relación con la problemática del sector vitivinícola. También se declaró partidario de pontenciar a fondo el cultivo de la cebada.

En relación con la auditoría que se está practicando a la Comisaría de Abastecimientos y Transportes, que forma parte de la estructura del Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA), agencia ejecutiva del FORPPA, Julián Arévalo indicó que se desarrolla con normalidad, aunque con lentitud, y no es previsible que acabe antes del verano. "La audotoría se está realizando en profundidad, y se trata de detectar los malos funcionamientos, sobre todo en lo que respecta a los mecanismos de intervención, que no son siempre todo lo precisos que debieran". Sobre la petición de auditoría al organismo que él preside, realizada por la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) durante las pasadas negociaciones de precios agrarios indicó que no se va a realizar, y la calificó como una maniobra de diversión.Sus primeras actuaciones al frente de este organismo, que ya han comenzado a realizarse, son la mejora del control contable y financiero, aplicando métodos modernos que permitan tener la información adecuada en cada momento, y la mejora de la estructura financiera del FORPPA, que actualmente descansa sobre la póliza del Banco de España. Para ello, se propone reconducir la actividad financiera a corto plazo, pasando las competencias en materia de créditos de campaña al Banco de Crédito Agrícola. Entre las medidas a largo plazo destaca la reestructuración de las producciones para evitar los costes financieros, de los excedentes. En este mismo apartado se pretende potenciar la capacidad de aval de los agricultores y ganaderos, y así, el FORRPA ha participado con 100 millones de pesetas en la ampliación de capital de ASICA, entidad avalista de agricultores y ganaderos. También calificó de insuficiente la póliza del Banco de España para este año, que es de 200.000 millones, señalando que será necesario aumentarla.

Eliminación de excedentes

Su tercera línea de actuación pasa por introducir los cambios necesarios en los mecanismos de regulación de mercados, subvencionando la exportación y el almacenamiento privado de los productos, en lugar de comprar las cantidades excedentarias. La cuarta línea de actuación, que ya se ha puesto en marcha con éxito, consiste en la liquidación de los excedentes. En este sentido, ya se han vendido 15.000 toneladas de carne de vacuno, de las 45.000 que el FORPPA tenía en su poder, que serán exportadas a países africanos. Según manifestó Julián Arévalo, existen propuestas para dar salida a todas las carnes almacenadas.Actualmente el FORPPA tiene en su poder 300 millones de litros de alcohol vínico, 150 millones de kilos de aceite, 30.000 toneladas de carne de vacuno y 5.000 toneladas de carne de porcino, además de los excedentes estructurales de trigo. Estos problemas están siendo estudiados dentro de la llamada política de concertación puesta en marcha por el Ministerio de Agricultura. Hasta ahora se han reunido los componentes de las mesas que estudian la reestructuración del vino y la remolacha.

En relación con el primero de los productos, Julián Arévalo indicó que "sobran cepas y hay que arrancarlas, para lo que es necesario fijar condiciones, fechas y plazos. También es preciso cambiar el vigente esquema de intervención en el mercado del vino". En su opinión, la actual política alcoholera a favor del alcohol de origen vínico es insostenible de cara al ingreso de España en el Mercado Común. Estas medidas afectarán fundamentalmente a La Mancha y a la comarca pacense de Tierra de Barros.

Refiriéndose a las protestas de los ganaderos por los precios de entrada de los cereales-pienso, indicó que la ganadería va a tener que soportar incrementos del precio de la cebada a corto plazo que, les van a venir bien, ya que es previsible un importante aumento de los precios del maíz tras la reducción de la superficie sembrada en Estados Unidos.