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Estados Unidos intenta recuperar los mercados mundiales perdidos a causa de la 'agresividad comercial' de Brasil

Impresionan los rumbos que está tomando, a marchas forzadas, la industria bélica brasileña. Brasil rivaliza ahora con Estados Unidos, que trata de recuperar sus mercados armamentistas perdidos. El año pasado, Brasil concluyó contratos importantes de ventas de misiles a Irán. Malaisia compró 700 carros de combate. Francia y Bélgica importaron un reactor de entrenamiento militar subsónico. La URSS compró blindados sobre ruedas EE-9.

El sigilo que cubre las exportaciones brasileñas de armas se debe aún a la política mantenida por Estados Unidos en la disputa de los mercados compradores de armas. El Gobierno norteamericano perdió en los últimos años mercados en América Latina y en Oriente Próximo, que pasaron a ser ocupados por productos made in Brazil.

Consciente de que la denuncia del acuerdo militar que existía entre Estados Unidos y Brasil es la principal responsable del extraordinario salto que ha dado la, industria bélica brasileña, Washington viene presionando a los militares brasileños -muy especialmente desde la llegada del embajador Ianconn Moodey, el año pasado- sobre la necesidad de firmar un nuevo acuerdo.Acuerdo con los árabes

El ministro del Aire, brigadier Delio Jardim de Matos, que fue invitado el mes pasado a conocer industrias e instalaciones de la fuerza aérea norteamericana, volvió rechazando de plano la posibilidad de un nuevo acuerdo. No es ninguna novedad que Brasil vende blindados sobre ruedas y misiles a Libia e Irán. Lo que es nuevo es la fabricación conjunta de armas, con los brasileños transfiriendo tecnología y entrenando a técnicos árabes.

El acuerdo con Egipto ya está en la mesa de discusiones. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores dicen que todavía son necesarios algunos ajustes, pero que la firma del acuerdo no deja lugar a dudas. Brasil y Egipto podrán iniciar, quizá este año, su ejecución. Tiempo atrás una misión militar egipcia del más alto nivel visitó diversas fábricas de armas y dio el visto bueno a los productos bélicos brasileños. Otros dos países árabes con los cuales ya existen contactos sobre el mismo tipo de acuerdo son Argelia e Irak.

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La visita de Reagan

Cuando Reagan visitó Brasil a finales de noviembre del pasado año, los norteamericanos hicieron hincapié en la constitución de un grupo de trabajo para cooperación en la industria militar.

El grupo de trabajo no ha sido formado todavía y el Ministerio de Asuntos Exteriores no muestra ningún interés. Ahora, cuando el ministro Saraiva Guerreiro fue a discutir otros proyectos, dejó claro al secretario de Estado norteamericano, George Shultz, que la cooperación industrial y militar está congelada por el momento; las acciones de Estados Unidos son consideradas por los nacionalistas del Gobierno brasileño como intolerables.

La guerra de las Malvinas apuntó una deficiencia grave de la industria brasileña: la falta de material almacenado. Brasil ha adoptado la política de producir sólo -por contratos firmados por lo que no pudo servir -para desesperación de algunas industrias- la peticiones de aviones, misiles y munición que le hizo Argentina durante la guerra de las Malvinas.

Para salvar este inconveniente, la fábrica Avibras Aeroespacial inició la construcción de un complejo industrial de trece edificios en la región de Sao José dos Campos. Fuentes de la empresa dicen que será la mayor fábrica de cohetes del mundo. Engesa está ampliando su factoría para iniciar la fabricación de un carro de combate disparador de cohetes de saturación.

Participación españolaAl mismo tiempo, ya están previstas para este año las pruebas con un blindado pesado sobre oruga. Embraer está haciendo una versión de su turbohélice de pasajeros para uso militar. En 1985 debe volar el caza subsónico AM, hecho con tecnología italiana. Uno de los mayores compradores de armas de Brasil este año puede ser China, que pretende comprar blindados sobre ruedas para utilizarlos en la frontera soviética.

El ministro de la Marina de Brasil, almirante Da Fonseca, dijo a los periodistas, después de reunirse con el almirante de la Marina española Saturnino Suances de la Hidalga, que la Armada brasileña podrá arrendar parte de una base naval en el Estado de Bahía, al norte del país, para que se instalen astilleros españoles dedicados a la fabricación de buques de guerra.

Las negociaciones deben iniciarse inmediatamente. La actual política militar de Brasil sólo es ventajosa para los países que quieran transferir tecnología, pues las industrias que quieran vender productos bélicos han de transferir la tecnología empleada.

El almirante Suances de la Hidalga dijo también sobre el asunto que la Armada española pondrá técnicos a disposición de la Armada brasileña para que se lleve a cabo esa cooperación tecnológica. La empresa que va a instalarse en la base naval de Aratu es la Empresa Nacional Bazán, perteneciente al INI.

El plan de cooperación naval no se limitará solamente al tema de la base militar, sino que podrá llegarse a acuerdos de cooperación en la construcción para barcos civiles. La industria naval brasileña es muy poderosa y los industriales del sector e están quejando de que el Gobierno esté haciendo compras de buques en el exterior. La capacidad no utilizada de la industria naval brasileña pasa del 50%.

El Ministerio de la Marina de Brasil, que está haciendo un gran plan de rearme de la Armada, pone interés especial en los destructores y corbetas, donde la tecnología brasileña no está muy desarrollada. El almirante Suances de la Hidalga dijo que, una vez que Brasil posea la tecnología española y se acaben los acuerdos, los técnicos podrán retirarse sin problemas.

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