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El peruano Carlos Thorne presenta en España 'Palabras de utopía'

La obra del escritor peruano Carlos Thorne fue presentado anoche en España por el director de la Real Academia Española de la Lengua, Pedro Laín Entralgo, y por el secretario perpetuo de esta entidad, Alonso Zamora Vicente, en un acto que tuvo como centro el nuevo libro de este autor. La nueva obra, un conjunto de ensayos, se titula Palabras de utopía y fue presentada en la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid.En Palabras de utopía, Thorne, abogado de profesión y director de Proyección Social de la Universidad Mayor de San Marcos, en Lima, repiensa, como dice él, "mi país y su historia" y analiza la condición del escritor y su función en la sociedad contemporánea latinoamericana".

Thorne, de 55 años, se considera fundamentalmente un narrador muy preocupado por la elaboración de un lenguaje personal; es autor de Los días fáciles (1960) y Mañana Mao (1964). Este último libro es un conjunto de relatos cuya prosa, según él, "es una mezcla entre el lenguaje coloquial y el lenguaje culto; fue acogido por la crítica literaria como un libro que revolucionaba la técnica narrativa".

En 1981, Thorne, que se muestra como un demócrata partidario de una especie de socialismo humanista aunque no milita en partido alguno y se confiesa independiente, publicó la novela ¡Viva la República!, que tuvo en su país un gran eco. Su publicación coincidió con la de La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa, y la crítica vio en ambas los dos principales libros del año en Perú.

Con respecto al lenguaje usado en ¡Viva la República!, novela que a él le gustaría ver publicada en España, Thorne destaca su monólogo interior, su tendencia al barroquismo y la elaboración de la propia historia. Cuenta Thome en ese libro "la historia de una imaginaria dictadura en una inventada República de los Andes que preside el dictador Pío Urano Servidela, a quien se le enfrenta el guerrillero Santos El Demonio". Los dos niveles que protagonizan ambos personajes son también los fundamentos del conjunto del lenguaje empleado, cuyo barroquismo, según él, conecta con el tono general de la literatura hispanoamericana.

Con respecto a los ensayos presentados anoche, Thorne los juzga como una recopilación de trabajos "ecuménicos", en los que analiza, "con una prosa ágil y lo más viviente posible", la historia de su país. Asimismo, estudia la condición del escritor y su función en la sociedad contemporánea hispanoamericana.

Thorne hace especial hincapié en lo que él piensa que debe ser la actitud de un escritor en Hispanoamérica en estos momentos; ese compromiso ha de unir la preocupación por el cambio social con la investigación sobre el quehacer estétíco de un creador. "En mi libro también me planteo temas como la universidad peruana y las relaciones España-Perú en el proceso de identidad nacional que se vive en mi país".

Como resumen final de las intenciones de su obra, Thorne cita pensamientos suyos sobre la libertad. Señala que "ninguna revolución puede hacerse fuera de la libertad" y que el propósito de toda creación estética ha de ser el de "liberar la libertad".

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