Machado, recordado en el Ateneo Republicano como "simbolo del exilio" y "poeta de mil vertientes"
La figura de Antonio Machado como "símbolo del exilio español" y como "poeta de mil vertientes" fue recordada el pasado jueves, día 10, en un homenaje al poeta sevillano organizado por el Ateneo Republicano de Madrid, en el que intervinieron el poeta Rafael Alberti, el ateneísta Jaime Torrubiano, el sobrino-nieto de Azaña Manuel Martínez Azaña, la profesora. de literatura Fanuy Rubio, Antonio Gatto, de la Fundación Antonio -Machado de Collioare, la actriz María Cuadra y Julio Rodríguez Puértolas y Gerardo Pérez Herrero, autores del libro Antonio Machado, escritos de guerra (1936-1939).
Rafael Alberti recordó algunos de sus encuentros con Antonio Machado, a quien conoció porque el poeta sevillano era miembro del jurado que premió la primera obra de Alberti, Marinero en tierra. "A raíz de este premio yo me propuse verlo para darle las gracias, pero lo único que me dijo es: no me tiene que agradecer nada; a mi juicio es el mejor libro de poesía presentado al concurso".Posteriormente, Alberti coincidió con Machado en algunas tertulias literarias, y se estrechó la relación entre ambos "cuando Machado vino a la sede de la Liga de Intelectuales Antifascistas que yo presidía, con un papel arrugado en el que había escrito .un poema dedicado a García Lorca al poco tiempo de su muerte. Se titulaba El crimen fue en Granada y es el mejor poema que se ha hecho sobre Federico".
Más tarde, Alberti tuvo que convencer a Machado para que saliera de un Madrid acosado por los bombardeos, y le vio por última vez en Valencia antes de que iniciara el camino del exilio hacia Barcelona, y de allí a Francia. hasta donde llegó a pie por la frontera. "Cuando oímos por la radio que Machado había muerto, nos dijimos: la guerra se ha acabado. El alma se nos había llenado de muertos".
A los poemas de Machado, o sobre Machado, recitados por Alberti, se unieron otros recitados por María Cuadra y Manuel Martínez Azaña, quien también leyó algunos textos en los que se reflejaba "el inequívoco republicanismo y españolismo del poeta andaluz". Por su parte, Julio Rodríguez Puértolas y Gerardo Pérez Herrero hablaron de los escritos de guerra de Machado, "a quien le preocupaba mucho la guerra, a pesar de que tenía 62 años y estaba bastante enfermo. Por eso escribió mucho sobre este. fenómeno".
La profesora de Literatura de la Universidad Complutense de Madrid, Fanny Rubio, habló de los distintos análisis y de las diversas apropiaciones que se habían hecho en España "de la conflictiva herencia" de Machado. "Desde que murió el poeta, símbolo del exilio español, todo el mundo ha querido resucitarlo, pero ninguno lo ha hecho en todos sus matices. Todas las llamadas a la vigencia de la obra de Machado han sido apócrifas y parciales. En la posguerra -Dionisio Ridruejo de por medio- Machado era necesario para los años de la autarquía, pero se olvidó la cara machadiana de Juan de Mairena y nunca se le perdonó su condición de republicano. Aquello no fue un rescate sino un secuestro".
"Más tarde, algunos autores de poesía más comprometida -Blas de Otero, por ejemplo- pretendieron destacar los aspectos de agitación de la obra de Machado. Más tarde, otros poetas de urgencia como Claudio Rodríguez, Valente o Gil de Biedma han sido más integradores, pero continúan siendo apócrifos porque su acercamiento a Machado no es poético, sino simbólico. Parece que muchos no quieren enterarse de que Machado es un poeta que tiene mil vertientes".
Cerró el acto de homenaje al poeta sevillano el representante de la fundación francesa Antonio Machado de Collioure, que contó los motivos y objetivos que les habían movido, a crear esta fundación hace ahora seis años.
