Presentación del Libro Verde sobre la reforma de las fuentes de ingreso de la CEE

La Comisión Europea, órgano burocrático y ejecutivo de la Comunidad Económica Europea (CEE), presentó ayer su Libro Verde, un documento de discusión sobre la reforma de las fuentes de ingreso, los llamados recursos propios, de la Comunidad. Con este documento, que expone alternativas y no propuestas específicas, la comisión lanza, de manera formal, el debate sobre las materias grasas como fuente de recursos, pero no como instrumento para proteger el mercado del aceite de oliva. Las propuestas específicas de la comisión sobre los recursos propios vendrán en primavera.

Por el momento, la Comisión se ha limitado a esbozar el sistema vigente, que fue instaurado doce años atrás. En la actualidad, estos recursos comunitarios provienen de una parte -un 1 % a lo sumo- de las percepciones de cada país sobre el impuesto sobre valor añadido (IVA), de parte de los derechos arancelarios de la CEE y de deducciones agrícolas y sobre el azúcar.La CEE gasta anualmente 24.500 millones de ECU (unidad de cuenta europea) -unos tres billones de pesetas-, lo que la pone a tan sólo dos millones de ECU de distancia de su techo presupuestario, según el sistema vigente. Esta es una cantidad, según fuentes comunitarias, equivalente al gasto que supondría en los primeros años el ingreso de España y Portugal en la CEE. Se trata, pues, para la Comisión, de buscar nuevos recursos, para flexibilizar los gastos, estimular nuevas políticas y "crear un marco financiero que permita acoger a España y Portugal sin causar perjuicios al acervo comunitario, tal y como existe en la actualidad y como deberá evolucionar en el contexto de la ampliación", para lo cual, según la Comisión, se requiere diversificar las fuentes de ingreso de la CEE.

El libro verde rechaza las alternativas que contemplan unos ingresos ligados a políticas específicas, a impuestos sobre las sociedades o sobre los ingresos personales. La Comisión desecha asimismo los ingresos incidentales, como serían las tasas sobre las materias grasas. Este sería un instrumento de gestión agrícola para cubrir los gastos necesarios al mantenimiento del consumo del aceite de oliva frente a otras materías, y no una fuente primaria de ingresos, en opinión de la Comisión. El texto rechaza también un sistema de transferencias entre los Estados basado en los ejemplos federales de Alemania o de Suiza.

La alternativa más conocida es la de aumentar el techo del 1% del IVA, que seguiría siendo la espina dorsal de los recursos propios de la CEE. La Comisión estima que el sistema refleja la riqueza relativa de cada país. Uno de los problemas centrales para la Comisión es el de instaurar un régimen progresivo que relacione las contribuciones nacionales al presupuesto de la CEE a los desequilibrios entre los países ricos y pobres en la CEE. Para ello, o bien se podría introducir un elemento progresivo en el sistema del IVA -con lo cual el 1% no sería ya uniforme, sino que se establecerían distintas tasas contributivas, según los países, como es el caso actual de Grecia-, o bien habría que distribuir las contribuciones sobre la base de los productos interiores brutos individuales. La tercera alternativa, que iría unida a las anteriores, consistiría en crear nuevas fuentes de ingresos relacionadas con los indicadores agrícolas.