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La captura del 'carnicero de Lyón'

Klaus Barbie, expulsado por las autoridades bolivianas, será juzgado por sus crímenes durante la segunda guerra mundial

Klaus Barbie, el criminal nazi de la segunda guerra mundial denominado el carnicero de Lyón, será juzgado según el procedimiento clásico. A primeras horas de la noche de ayer, en un avión militar francés, llegó al aeropuerto de Orange, en el sur de Francia, desde donde fue transportado en helicóptero hasta Lyón. Horas antes, el criminal nazi había sido expulsado por las autoridades de Bolivia, país en el que residía desde hace treinta años, en un cuatrimotor del Ejército boliviano que le transportó a Cayena (Guyana francesa), donde fue recogido por un DC-8 militar francés.

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El verdugo de la Resistencia francesa

Su proceso constituirá en Francia, donde son incontables sus asesinatos y torturas, un acontecimiento semejante al que vivió Israel con el de Adolf Eichman. La pena capital fue suprimida en Francia por el Gobierno socialista, y será condenado posiblemente a una larga detención."Lo que hay que hacer con él, en cuanto llegue a Lyón, es fusilarlo, nada más". No es fácil afirmar que todos los franceses comparten la afirmación expeditiva de un resistente lyonés que ayer se manifestaba en los términos precedentes pocos momentos después de conocer la noticia de la expulsión de Barbie de Bolivia. Pero sí es cierto que este país vibró con el anuncio de la vuelta del asesino al lugar del crimen. El odio que todavía despierta su memoria quedó de manifiesto en el gesto de una mujer que acudió, al conocer la noticia, armada de un fusil al aeropuerto de Lyón para atentar contra el detenido.

La muerte de Jean Moulin

Barbie, ex jefe de la Gestapo de la cuarta región francesa (Lyón), convirtió a esta última en una especie de matadero humano: 4.000 asesinatos de resistentes, 7.500 deportaciones, 15.000 detenciones y secuestros arbitrarios, acompañados de torturas y fusilamientos colectivos.Entre sus arrestos cuenta en primer lugar para la memoria de los franceses el de Jean Moulin, el presidente del Consejo Nacional de la Resistencia, encargado por el general Charles de Gaulle de unificar en el interior de Francia la lucha contra el nazismo.

Era el mes de junio de 1943, en Caluire, cerca de Lyón. Mientras se celebraba una reunión clandestina, dirigida por Max (nombre de guerra de Jean Moulin), surgió la Gestapo con Barbie al frente.

Desde aquel momento ya nunca se supo más de la vida de Moulin. Se sabe que fue torturado en Lyón y en París. Se cree que iba a ser conducido a Alemania, cuando falleció víctima de los malos tratos. Nunca se ha clarificado la supuesta traición que llevó a Barbie hasta el lugar de la reunión clandestina. Muchos testigos de aquella época aseguran que Barbie lo mató él mismo y que lo torturó de la manera más brutal. Lo que sí es seguro hoy es que el nombre del que ha pasado a la historia como el héroe de la resistencia francesa será un protagonista capital del proceso Barbie, y que de creer las amenazas y chantajes que ha manejado con frecuencia este último, "muchas personalidades caerán".

El único superviviente de la reunión de Caluire, Raymond Aubrac, uno de los principales responsables de la resistencia en el sur de Francia y que milagrosamente pudo fugarse más tarde de la cárcel, recordaba ayer sus mano a mano con Barbie: "No conocía más que un método, la brutalidad. Existía en él un fondo de extraordinaria ferocidad. Para Barbie, pegar era más importante que preguntar.

En dos o tres ocasiones, una mujer bien vestida y enjoyada asistía a los interrogatorios a los que me sometía, y cuando después de haberme golpeado recuperaba el conocimiento la veía sentada en sus rodillas.

Tenía este personaje una dimensión sádica, y mostraba su fuerza y su virilidad a una mujer ante un preso contra el que descargaba su brutalidad".

Desde hace cuarenta años que desapareció del suelo galo, los franceses han intentado constantemente recuperar a Barbie con el fin de juzgarlo. En dos ocasiones tribunales militares lo condenaron a muerte.

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