Alfredo Stroessner tiene asegurada su reelección
Con la seguridad de que el actual jefe del Estado, general Alfredo Stroessner, será reelegido para un un sexto mandato, se realizarán mañana las elecciones en Paraguay. Stroessner, candidato del partido Colorado, gobierna desde hace veintiocho años. El único interés de estas elecciones, que además de presidente designarán a sesenta diputados y treinta senadores, reside en determinar quién conseguirá la primera minoría en el Parlamento.
A los comicios concurren los otros partidos políticos admitidos legalmente en el Paraguay: el Colorado, que postula nuevamente al general Stroessner; el Partido Liberal Radical, que lleva como candidato al diputado Enso Doldan, y el Partido Liberal, que tiene como candidato al diputado Fulvio Celauro. El cuarto partido legal, el Revolucionario Febrerista, se abstiene nuevamente de presentar candidatos como forma de protesta "contra la dictadura imperante en el país".El resto de las formaciones políticas de oposición, el Partido Liberal Radical Auténtico, la democracia cristiana, el socialista y el comunista, están prohibidos por el régimen.
La junta electoral informó que casi 1.125.000 personas están en condiciones de votar en las 218 dependencias electorales de todo el país. Los resultados se conocerán en la media noche del domingo, aunque sólo serán oficiales y definitivos una semana después.
Para tener derecho de voto los paraguayos mayores de edad tuvieron que reinscribirse en el padrón electoral por disposición del Gobierno y sólo están habilitados aquellos que en su libreta cívica tengan el sello que dice período 1978-1983.
'Operativo retorno'
El estado de sitio que rige, por decreto, desde hace veinticinco años, cuando Stroessner derrocara a Federico Chávez, en Asunción y otros tres departamentos del país será levantado, como ocurre cada cinco años, durante las veinticuatro horas que duren las elecciones. Al amparo de esta disposición, un grupo de dirigentes políticos paraguayos exiliados intentará regresar al país.El operativo retorno, en el cual participarán representantes de los partidos Liberal Radical Auténtico, Revolucionario Febrerista, Demócrata Cristiano y el Movimiento Popular Colorado, fue organizado por el doctor Domingo Laino, vicepresidente del Partido Liberal Auténtico, último político paraguayo desterrado.
Esta será la tercera vez que lo intentará. La primera fue el 1 de marzo de 1980, y la segunda, el 11 de septiembre de 1982; en ambas ocasiones fue detenido por la policía, que no le permitió el ingreso y lo obligó a salir del país.
El ministro del Interior afirmó que "serán nuevamente rechazados, por subversivos y traidores, vinculados con organizaciones extremistas". En la oposición extraparlamentaria debe incluirse también al enemigo público número uno para el régimen: el clandestino Partido Comunista, cuyos máximos dirigentes, Julio Rojas, Alfredo Alcorta y Antonio Maidaría, fueron liberados en 1977, tras diecinueve años de penoso cautiverio.
Eufóricas manifestaciones de campesinos -el 64% de la población- enmarcaron la campaña electoral del partido Colorado, interrumpidas por los sapucai y los hurras al presidente Stroessner en el cierre de la campaña que fue organizado en la plaza Salazar de Asunción, donde se congregaron casi 10.000 personas, alentadas por los medios de difusión oficiales y privados, sometidos a una severa disciplina, y transportados en vehículos grandes.
No hacen falta encuestas para determinar quién será el vencedor en las elecciones. Los cálculos del propio partido Colorado anticipan que Stroessner será reelegido con el 90% de los votos válidos emitidos, porcentaje que también obtuvo en 1978. De este modo, previa reforma de la Constitución nacional, que originariamente prohibía la reelección, Stroessner iniciará su sexto período presidencial.
Voto nada secreto
No es de extrañar que mañana vuelvan a repetirse situaciones vividas anteriormente en los centros poblados de los alrededores de la capital. En estas secciones rurales no existe una cabina donde elegir reservadamente la papeleta que recoja la preferencia del votante, para luego introducirla en la urna. Aquí se ordenan en una mesa, a la vista de todos y delante de los responsables de las autoridades electorales, que casualmente corresponden siempre mayoritariamente al Partido Colorado.La perseguida, reprimida y terca oposición sólo tiene aliento para imaginar una leve apertura a partir de la desparición política de Stroessner, que cuando finalice su nuevo mandato tendrá 75 años, y quizá designe a un sucesor. De cualquier manera, esa desaparición política o física será, seguramente, como en el caso de Franco, natural.
Para ser claros y breves en el análisis de la realidad paraguaya, no caben los eufemismos y las explicaciones geopolíticas que podrían servir para entender a sus vecinos del cono sur latinoamericano. Paraguay es una "república unitaria presidencialista", es decir, una dictadura feroz, que cada cinco años se da un baño de legalidad.
En la práctica funciona como una enorme finca, en la que el patrón Stroessner concede sectores de tierras o servicios a familiares, amigos o colaboradores -veinticinco millones de hectáreas pertenecen a mil familias-, que, a su vez, dan miserables sueldos a los trabajadores, que tienen que presentar primero el carné de afiliados al Partido Colorado.
Paraguay fue uno de los pocos países que dio tropas para colaborar con la intervención norteamericana de 1965 en la República Dominicana y las ofreció también para ir a Vietnam. En Paraguay se refugiaron altos oficiales nazis después de la Segunda Guerra Mundial; en Paraguay se asiló Somoza, donde fue asesinado posteriormente después de una disputa amorosa que el ex dictador de Nicaragua había tenido unos días antes de su muerte con un hijo de Stroessner.
El exilio paraguayo se estima en 500.000 personas; el analfabetismo supera el 50% de la población; la mortalidad infantil es del 10%.
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