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Los protagonistas de la primera oposición al franquismo recuerdan sus experiencias

Presentación del libro 'Jaraneros y alborotadores'

"A través de la estética quisimos fijar unos principios éticos que sirvieran para derribar el franquismo", dijeron ayer algunos de los protagonistas de la primera oposición estudiantil organizada contra la dictadura durante la presentación del libro Jaraneros y alborotadores (Documentos sobre los sucesos estudiantiles de febrero de 1956 en la Universidad Complutense de Madrid), revisado por Roberto Mesa y editado por la Universidad Complutense.

Francisco Bustelo, rector de la Complutense; Roberto Mesa, vicerrector; Julio Diamante, director de cine; Enrique Múgica, diputado socialista; Ramón Tamames, catedrático de la Universidad Autónoma; Jesús Ibáñez, catedrático, y Manuel Torres López, decano de la facultad de Derecho en el momento de producirse las detenciones ocurridas tras los graves incidentes estudiantiles de 1956, se ocuparon ayer de recordar, con un punto de ternura y nostalgia, aquellos sucesos de los que fueron protagonistas cuando, siendo la mayor parte de ellos hijos de los vencedores, optaron por organizarse contra la dictadura franquista.El libro presentado ayer es una recopilación de documentos inéditos, procedentres en su mayor parte de los archivos de la Dirección de la Seguridad del Estado en la que se recogen informes internos sobre la actividad de estos jaraneros y alborotadores.

Enrique Múgica resumió el papel de aquel primer grupo de estudiantes organizadores de la oposición estudiantil contando que todos ellos pertenecían a las llamadas familias bien del país; la mayor parte de ellos eran hijos de los vencedores. "Eramos una elite a la que, pese a todo, se respetó. Por ejemplo, cuando en los periódicos aparecieron los nombres de los detenidos, nos colocaron a todos el "Don" delante. Esto, en unos años en los que cualquier detención política se publicaba con el alias, puede dar una idea de lo que nosotros representábamos. Hay que decir también que no hubo violencia física contra nosotros."

Batalla contra la dictadura

De todas formas, Múgica reconoció la importancia que este movimiento tuvo en la posterior lucha antifranquista y destacó en especial el hecho de que también en esos momentos se produce la lucha obrera y se extiende la batalla contra la dictadura desde plataformas tales como los cineclubs, algunas revistas como Indice o la difusión de las obras de Miguel Hernández a través de Espasa-Calpe.Manuel Torres López, entonces decano de Derecho, recuerda a sus 83 años que la muerte del falangista fue un simple pretexto porque en su propia casa había recibido ya amenazas. "Eran conscientes de su propia debilidad y aprovecharon la muerte de aquel muchacho para intentar desmantelar aquella incipiente organización".

Francisco Bustelo afirmó que los promotores del Congreso de Escritores Universitarios Jóvenes de España, entre los que se encontraban los detenidos tras la muerte del joven falangista, estaban convencidos de que, a través de esa plataforma, podían terminar primero con el SEU y luego con la dictadura franquista. "Eramos un grupo de optimistas", recordó, "que a través de boletines que ahora pueden parecer cándidos, pensábamos que teníamos fuerza para terminar con el régimen. De todas fornmas, creo que algo hicimos. Y si se me pregunta sobre la incidencia de aquellas actuaciones nuestras sobre los universitarios actuales, me gustaría decir", concluyó el ahora rector de la Complutense, "que el desempolvar ahora todos estos documentos tiene como único objetivo el recordar por unos momentos unos tiempos que jamás deben volver".

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